jueves, 25 de mayo de 2017

25 de Mayo de 1828: orden, civismo y una celebración sin excesos


En la edición del Correo Político y Mercantil correspondiente al 25 de mayo de 1828, se registra una curiosa observación sobre los festejos patrios: “Esta vez no hubo borrachos ni robos”. La frase, breve pero reveladora, refleja el tono de una celebración que, por excepción, transcurrió con notable tranquilidad. En un contexto de inestabilidad política y social, donde las fiestas populares solían desbordarse en excesos, disturbios o incidentes, esta mención periodística destaca el carácter cívico y ordenado de aquella jornada. El 25 de mayo, fecha emblemática de la Revolución de 1810, se había consolidado como celebración nacional desde la Asamblea del Año XIII, pero su tono variaba según el clima político del momento. En 1828, bajo el gobierno de Manuel Dorrego, la conmemoración adquirió un matiz más sobrio, quizás como reflejo de los intentos por fortalecer la institucionalidad y el orden público. Las fiestas incluían actos religiosos, desfiles militares, iluminación de plazas, y en algunos casos, corridas de toros o bailes populares. Que no se hayan registrado desmanes fue motivo suficiente para que la prensa lo celebrara como un logro. Este tipo de crónicas nos permite reconstruir no solo cómo se vivían las efemérides en el siglo XIX, sino también qué valores se buscaban destacar: el civismo, la moderación y el respeto por los símbolos patrios. — #Fiesta1828, #CorreoPolítico, #MayoCívico, #ArchivoArgentino, #MemoriaFestiva #mendozantigua 


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