Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
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lunes, 30 de octubre de 2017
El mendocino que se hundió junto con un trasatlántico La fatídica noche del 25 de octubre de 1927, el lujoso vapor italiano “Principessa Mafalda” naufragó frente a la costa de Brasil.
Para la prensa de 1927, la noticia fue “el hundimiento del Titanic italiano en Sudamérica”. Una catástrofe marítima en la que murieron varios argentinos. Entre ellos, un mendocino por adopción llamado Vicente Cherubini, exitoso médico cirujano que regresaba de Europa luego de haberse perfeccionado en nuevas técnicas quirúrgicas. Su muerte trajo consternación a sus familiares, amigos y también a una parte de la sociedad mendocina.
Un médico italiano en Mendoza
Vicente Cherubini nació en 1878 en Lazio, Italia. En 1897 ingresó a la facultad de medicina de la universidad Real de Roma de la cual se graduó como doctor seis años después. Por aquel tiempo, fundó junto a otros estudiantes la Sociedad Liberal Estudiantil y también fue el director del periódico L’Agitatore de corte anarquista. Luego, fue asistente de varios hospitales en la ciudad romana. En 1907 llegó a Argentina e inmediatamente su título fue homologado por la facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Luego de su paso por Rosario y Buenos Aires, en enero de 1912, Cherubini llegó a Mendoza. Después de un breve lapso, se sumó al servicio quirúrgico del hospital San Antonio, cargo que ejerció por muchos años, transformándose en uno de los más importantes cirujanos de ese momento. Cabe destacar que el doctor Cherubini fue uno de los primeros galenos que se dedicó a la ginecología en la provincia. Estableció su consultorio en calle Belgrano y luego en Catamarca 77, de Ciudad. Se desempeñó como miembro de la Sociedad Italia Unita y de la Cruz Roja de Mendoza. Fue, además, uno de los fundadores de la Universidad Popular. Con la idea de especializarse para estudiar nuevas técnicas médicas, Vicente emprendió un viaje por un año a Italia y Francia. Luego de su posgrado, decidió regresar a Mendoza y adquirió los pasajes para el trasatlántico “Principessa Mafalda” de la empresa Navigazione Generale Italiana.
Lujo en altamar
El Mafalda era un formidable vapor italiano de más de 150 metros de largo y 9.500 toneladas, que conectaba las ciudades de Génova, Barcelona, Río de Janeiro, Montevideo y Buenos Aires. Zarpó en la tarde del 11 de octubre desde el puerto de Génova (Italia) con 973 pasajeros y 288 tripulantes, al mando del capitán Simone Guli. Entre los pasajeros más destacados se encontraban el profesor Conrado Gigli, presidente del Instituto de Estadística de Roma; el gerente general del Banco Hipotecario, Antonio Díaz, y el doctor Vicente Cherubini. En la bodega del buque viajaba una importante cantidad de lingotes de oro que el gobierno italiano enviaba al argentino.
El naufragio tan temido
En el atardecer del 25 de octubre de 1927 el “Principessa Mafalda” surcaba el Atlántico al sur de Bahía (Brasil), cuando se oyó un gran ruido que sacudió la estructura y detuvo los motores. Según los primeros datos que tuvo el capitán, el árbol de la hélice izquierda se había partido y las enormes palas de la hélice se desprendieron y chocaron con parte del casco del barco. Este incidente produjo una gran grieta, por la que el agua entró a las bodegas e inundó parte de la nave. El capitán Gulli consideró la posibilidad de solucionar el problema, pero como medida preventiva ordenó el pedido de auxilio. Se prepararon los botes y salvavidas. Sin embargo, a los pasajeros de primera clase se les comunicó que no había peligro y que volvieran al comedor para cenar. Mientras tanto, los técnicos trabajaban para reparar el daño sufrido en el casco, pero la enorme presión del agua arrasó con todo y el buque comenzó a escorar. Alarmado, el capitán ordenó la inmediata evacuación de todos los pasajeros.
Heroísmo de unos pocos
El pánico cundió en la cubierta y por los pasillos. Se escuchaban gritos y llantos en la oscura noche. Cuando la nave zozobró, cientos de personas fueron aplastadas por otras que corrieron para salvar sus vidas. Pero los botes salvavidas no eran suficientes. Pocos conservaron la serenidad, entre ellos el doctor Vicente Cherubini y los marinos argentinos Santoro y Bernardi, quienes se presentaron al capitán Gulli y se pusieron a sus órdenes. Los tres tomaron la posta y solamente Santoro pudo salvarse de aquella catástrofe. A bordo de los buques de rescate se atendió a los 900 sobrevivientes. Más de 300 personas murieron, incluyendo al capitán Gulli. Algunas versiones dijeron que Cherubini se había quedado en el camarote junto a su sobrina y que no pudieron salir; otras afirmaban que el médico mendocino había ayudado a los pasajeros hasta ahogarse en el naufragio.
http://losandes.com.ar/article/view?slug=el-mendocino-que-se-hundio-junto-con-un-trasatlantico
domingo, 29 de octubre de 2017
El Gobernador que vió nacer a Los Andes El 20 de octubre de 1883, durante el gobierno de José Miguel Segura, comenzaban a circular las páginas de un nuevo medio periodístico.
Diario Los Andes, conocido como el “Decano de la prensa de Cuyo”, apareció por primera vez el 20 de octubre de 1883, para compartir noticias con sus lectores. Por aquel tiempo la provincia estaba conducida por el gobernador José Miguel Segura, quien estaba a punto de finalizar su mandato. Desconocida para la mayoría de los mendocinos, su gestión se destacó por ejecutar varias obras públicas que dieron a nuestra provincia una mejor calidad de vida.
Linaje de acción
José Miguel Segura nació en Mendoza en 1833. Su madre se llamaba Juana Rosa Galdamez y era hijo ilegítimo de don Pedro Pascual Segura, destacado político y gobernador. Antes de su mandato, Segura se desempeñó como inspector general de Aguas, entre otras funciones públicas. José Miguel se casó el 4 de julio de 1868 con Manuela Elena Corvalán, nacida el 8 de febrero de 1841. Su suegro, Eugenio Corvalán Sotomayor, fue oficial del Ejército de los Andes. Su suegra, Lucía Zapata Coria, provenía de una de las familias más antiguas de Cuyo. Luego de su gobernación, José Miguel continuó en la política. En 1887, se postuló como diputado para las elecciones convencionales. Tiempo después partió hacia la ciudad de Buenos Aires, donde se enfermó de gravedad. Falleció el 4 de diciembre de 1888.
Gobernando con responsabilidad
El 15 de febrero de 1881, el entonces gobernador Elías Villanueva entregó el bastón de mando a José Miguel Segura, el nuevo mandatario. Entre sus colaboradores más cercanos se encontraban el doctor José Vicente Zapata, quien se desempeñó como ministro de Gobierno. Una de las primeras acciones de Segura fue potenciar la agricultura en el territorio provincial, promoviendo una ley para que los agricultores de vid, nogales y olivos quedaran exentos de impuestos por diez años. El mandatario continuó, como sus predecesores, con las obras públicas, como la canalización del Zanjón y el tendido de cañerías de hierro fundido y galvanizado para distribuir el agua en la ciudad. También con la expropiación de inmuebles para abrir o rectificar calles, caminos, plazas y vías férreas. Entre otras medidas, se creó la “Lotería de Caridad”, con la idea de reunir fondos para el hospital San Antonio. Además, se autorizó la explotación de las aguas de Puente del Inca. El empresario Luis Keffre obtuvo la concesión de la Compañía de Tramways. Durante su gestión se creó, el 13 de noviembre de 1882, la nueva Villa de La Paz. Un año después llegó a esa localidad la primera locomotora del ferrocarril Andino. También se remodeló y amplió el edificio de Justicia, conocido por aquel tiempo como Casa de Tribunales. El gobernador Segura concluyó su mandato el 15 de febrero de 1884. Le sucedió el general Rufino Ortega.
Cuando Los Andes vio la luz
Aquella Mendoza de 1883, la pequeña aldea, estaba por dar un gran salto. Faltaba poco para que llegaran cambios revolucionarios, como el ferrocarril, la electricidad y el tranvía a caballo. Dos periódicos eran los que por aquel entonces se editaban en la provincia: el oficialista El Constitucional y el neutral El Ferrocarril, juzgados así por los mismos mendocinos. Los Andes hizo su aparición en medio de un caótico contexto político, cuando solamente quedaban cuatro meses para las elecciones de gobernador y de diputados nacionales. Aquel sábado 20 de octubre, su primer ejemplar salió a la calle con una primicia que sentó agenda, incluso en los medios nacionales: el perito Francisco Moreno en pocos días haría una visita a Uspallata. La noticia fue de tal magnitud que la publicaron en ediciones posteriores los ya históricos diarios La Nación y La Prensa, ambos de Buenos Aires. Fue pionero en política, cuando publicó en su primera edición el apoyo al candidato Rodolfo Zapata, quien disputaba una banca como diputado nacional, postura que encontró su contrapartida en el periódico La Unión Nacional, que abogaba por la candidatura de Juan Serú. A partir de entonces, la Redacción se estableció en calle Buenos Aires: los días de su publicación eran martes, jueves y sábados. El director, por aquel tiempo, era el editor Vicente Romero Toro. Los ejemplares que comenzaban a circular eran muy diferentes a los que hoy conocemos: contaban apenas con unas pocas páginas. Los cambios llegaron de la mano de un nuevo directorio: en 1885 se hizo cargo de Los Andes el doctor Adolfo Calle, quien fue su mentor.
http://losandes.com.ar/article/view?slug=el-gobernador-que-vio-nacer-a-los-andes
sábado, 28 de octubre de 2017
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