Ya hemos hablado del Levantamiento del gueto de Varsovia, cuando Judios en Varsovia, Polonia, lanzaron una revuelta de 10 días contra los soldados alemanes. Los Judios sabía muy bien que iban a ser derrotados, pero ellos no querían renunciar sin luchar. "El gueto de Varsovia chico" es el nombre dado a un joven judío, no más de 10 años de edad, que fue detenido por los soldados alemanes en el ghetto después de que el levantamiento había sido aplastado. Las manos del muchacho no identificado se suscitaron en el aire, mientras que un soldado alemán señaló una ametralladora en él. Aunque la fotografía es una de las imágenes de mayor circulación del Holocausto, nadie sabe quién es el chico es o lo que le sucedió. Algunas fuentes dicen que fue gaseado a la muerte en el campo de Treblinka, mientras que otros dicen que sobrevivió. En 1999, un hombre llamado Avrahim Zeilinwarger contactó un museo israelí diciendo que el niño era su hijo, Levi Zeilinwarger, que fue gaseado a muerte en un campo de concentración en 1943. En 1978, un hombre no identificado en contacto con el Jewish Chronicle diciendo que el muchacho era su hijo. En 1977, una mujer llamada Jadwiga Piesecka afirmó que el muchacho era Artur Dab Siemiatek, que nació en 1935.
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
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sábado, 23 de abril de 2016
viernes, 22 de abril de 2016
jueves, 21 de abril de 2016
El backstage del primer western rodado en Mendoza En 1953 se filmó la cinta “El último cowboy”, con las actuaciones de Augusto Codecá y Héctor Calcaño. Su rodaje revolucionó a la provincia.
Los que afirman que el western spaghetti de fines de los 60 fue un invento italiano se equivocan. La Argentina fue los pionera en este tipo de films.
En ese contexto la productora Film Andes rodó en nuestra provincia, en mayo y junio de 1953, la película “El último cowboy” llamada también “El camino del cowboy”. Las aventuras del lejano oeste llegaron a nuestra provincia y vaya si levantó polvareda.
Una productora mendocina
En 1943 surgió la productora Film Andes de la mano del cineasta italiano Aldo Fabrizzi y un grupo de empresarios mendocinos, a los que se sumaron varias personas que invirtieron en acciones.
Los estudios se levantaron recién en 1948 en la manzana ubicada en carril Cervantes, entre Sarmiento y Juan Godoy, de Godoy Cruz. Aquellos célebres estudios contaban con los más novedosos equipos tecnológicos que ofrecía la época. La primera producción de la compañía fue “El gran amor de Bécquer", luego “Lejos del Cielo” primera película producida en Mendoza. A ella le siguieron "La pícara cenicienta"(1951), “El alma de los niños"(1951), "Rescate de sangre"
(1952),"El cartero"(1953), la citada “El último cowboy"(1953),"El mal amor"(1954), y "Surcos en el mar"(1955), la última producción.
Llegan los artistas
A fines de abril de 1953, la prensa mendocina ya anunciaba el rodaje de un “western cómico llamado El camino del cowboy” en los estudios del Film Andes. Entre los protagonistas de esta película se encontraba Augusto Codecá, Héctor Calcaño y Héctor Quintanilla como actores principales.
El 15 de mayo llegaron el director Juan Sires y el actor Augusto Codecá, éste último recibido por muchos admiradores. Al día siguiente viajaron Pedro Laxalt, Joaquín Petrosino y Florén Delbene, junto a algunos técnicos. Los directivos y actores acordaron que la fecha para la filmación sería el 18 de mayo. Faltaba elegir a varias actrices mendocinas.
La estrella vernácula
Los productores de Film Andes realizaron un concurso para seleccionar a varias actrices mendocinas que participarían en la película “El camino del cowboy”.
Más de 63 concursantes se presentaron y luego de las exigentes pruebas, fueron seleccionadas María Teresa Robles, Ana María Vicchi, Vicky Seepol, Banca Falvo y Salfa Omar.
Al día siguiente se organizó un festival en el Cine Fantasio en donde concurrió una masiva cantidad de espectadores. En la fiesta participaron las actrices mencionadas.
Luz, cámara, acción...
El 19 de mayo, desde muy temprano, directores, técnicos y actores llegaron a los estudios Film Andes para comenzar con el rodaje. Los decorados reconstruían una cantina; y en los terrenos adyacentes a los estudios se había diseñado una cuadra con edificios típicos del lejano oeste norteamericano (trabajo escenográfico a cargo de Julio Papini).
El primer día algunos actores estaban un poco nerviosos, pero con el suceder de las tomas, el ambiente fue cambiando y todo se tornó más tranquilo. El argumento de la película fue escrito por Eric Della Valle y Miguel Petruccelli. Esta disparatada comedia era una parodia de las grandes producciones de Hollywood que se proyectaban en aquel tiempo sobre el Far West, con un toque de cinismo sobre el género.
El rodaje en exteriores
Luego de que se hicieran las escenas en los estudios, la producción inició los trabajos en exteriores, más precisamente en Potrerillos y zonas aledañas a la precordillera.
Para este trabajo se necesitó un despliegue técnico y logístico muy importante ya que fueron alquilados cientos de caballos, y tuvieron que trasladar hacia esos lugares al equipo y a los actores. En la montaña se filmaron escenas de los bandidos conducidos por el actor J. Petrocino y varias persecuciones.
A fin de junio la producción finalizó, para comenzar con la edición. La película llevo como nuevo título “El último cowboy” y se fijó como fecha de estreno febrero de 1954, en Buenos Aires.
Fue exactamente el jueves 25 de febrero de ese año que se proyectó por primera vez la cinta rodada en Mendoza. Miles de espectadores concurrieron, coronando un verdadero éxito a nivel comercial.
http://archivo.losandes.com.ar/notas/2006/10/25/estilo-211561.asp
miércoles, 20 de abril de 2016
Cuando la ciudad se iluminó con gas El 9 de julio de 1890 la Capital se iluminó íntegra con los faroles a gas que alimentaba la Compañía de Gas Mendoza, de Carlos Fader.
Fader lo hizo
A partir del 4 de febrero de 1889 la Compañía de Gas de Mendoza inició sus actividades, proveyendo de alumbrado a gas a toda la Ciudad.
Esta empresa fue creada por Carlos Fader, quien formó una sociedad con White y Civit. El objetivo era sustituir a las viejas lámparas y faroles a querosén que, desde unos años antes, usaban en la capital provincial.
Una usina no ecológica
La compañía estableció una usina sobre las calles Entre Ríos, Buenos Aires, Ituzaingó y el zanjón. Tenía una gran producción de gas: más de 800.000 m3. El combustible utilizado al principio, para mantener en funcionamiento la usina, era el carbón que provenía de la mina llamada “de Reta”. Pero, luego de un litigio con los dueños, Fader introdujo el petróleo; que era explotado por su compañía en Cacheuta.
Más tarde se volvió a cambiar, esta vez por leña: provenía de un paraje denominado Ñacuñán, a más de 100 kilómetros al Este de la Capital.
La luz de mi ciudad
En 1890, el alumbrado público se extendió por todas las calles y plazas de la Ciudad; como la Independencia y la de Cobo -hoy San Martín-. Estos faroles, que comenzaron a funcionar el 9 de julio, tenían la particularidad de extender más la luz que los tradicionales utilizados en Buenos Aires. Para prender las luces de los faroles se contrataba a jóvenes que, con una especie de varilla, los encendían a las 20 horas en los días de invierno; y una hora después en el verano. A las 7 de la mañana los faroles se apagaban. Las casas y comercios usaban este mismo sistema.
La empresa tenía en cada casa un medidor que contaba el consumo de gas en metros cúbicos. El consumo se cobraba a través del municipio, que enviaba la factura mensualmente al domicilio. Había tres diferentes categorías: la primera incluía las casas menos céntricas, su costo era de 14 centavos. La segunda comprendía las viviendas ubicadas en calle San Martín, y costaba 20 centavos; y la tercera incluía a comercios, industrias, clubes, estaciones de ferrocarril y tranvías, que abonaban 30 pesos.
Fácil de pedir
Si un usuario quería este nuevo sistema de iluminación a gas, debía ir a la compañía -ubicada en calle Montevideo 46- y hacer la solicitud, previo a pagar el servicio. Dos mecánicos gasistas llegaban al domicilio para hacerla instalación, que podía llevar algunos días.
En 1896 se estableció en la provincia una nueva compañía, pero traía la mayor novedad en ese momento: era el alumbrado eléctrico.
Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/cuando-la-ciudad-se-ilumino-con-gas
20 de abril de 1811 Se dicta el primer reglamento sobre libertad de imprenta, promovido por la Junta Grande, presidida por Cornelio Saavedra. Documento: Llamado a remate a la Imprenta por parte de Manuel Rodríguez de la Vega. Francisco de Basavilbaso y Domingo Belgrano Pérez; vecinos encargados de fiscalizar el manejo de las cuentas de la Imprenta. 20 de Mayo de 1785.
Excelentísimo Señor
Don Manuel Rodríguez de la Vega, Don Francisco de Basavilbaso y Don Domingo Belgrano Pérez; vecinos de esta ciudad y encargados de tomar cuentas a los que han manejado y manejan la Imprenta, y sus intereses correspondientes a la Casa de Niños Expósitos, unida a la Hermandad de la Santa Caridad, y destinados igualmente para el arreglo y economía de sus productos, ante la alta Justificación de Vuestra Excelencia con nuestro mayor respeto decimos: Que habiendo inspeccionado las mismas cuentas y hecho el cómputo prudencial de lo conveniente hemos acordado, que la citada Imprenta, se ponga en arrendamiento, subastándose en el mejor postor, y que éste después del Remate, o en el acto, haya de dar las fianzas competentes que aseguren a vuestra Obra Pía de nuestro cuidado, aquella cantidad anual a que se obligase, todo con el objeto de consultar las mayores ventajas, cuyo acuerdo hacemos presente a la alta consideración de Vuestra Excelencia, a fin de que si fuese de su superior agrado, se digne concedernos a el efecto el Permiso necesario: Con esta atención:
A Vuestra Excelencia rendidamente pedimos y suplicamos sea servido demandar según lo expuesto, como lo esperamos de la innata piedad de Vuestra Excelencia.
Francisco Antonio de Basavilbaso
Manuel Rodríguez de la Vega
Domingo Belgrano Pérez
Inspección hecha a la Imprenta de los Niños Expósitos con la recomendación para que se la arriende y que posteriormente se garantice su correcto funcionamiento a través de sus auditores
Archivo General de la Nación
martes, 19 de abril de 2016
19 de abril de 1593 El conquistador español Francisco de Argañaraz funda la ciudad de Jujuy, en una expedición que los colonizadores debieron derrotar a diversos pueblos indígenas, entre ellos los Jujuyes, de quienes se desprende el nombre de la provincia. Foto: Entrada a la ciudad de San Salvador de Jujuy, c.1880.
lunes, 18 de abril de 2016
Luz eléctrica en 1853
Durante la Revolución de Mayo, la única forma de iluminación eran las velas de sebo, muy similares a las actuales. En los interiores se colocaban en candelabros. Las tertulias se realizaban en penumbras y se sabía que en algunas casas podían gastar más que otras en velas. Por lo tanto, el nivel de iluminación estaba relacionado con el poder económico de las familias.
Afuera de las casas se usaban faroles par proteger la llama del viento y la lluvia. Para andar por las angostas calles era imprescindible ir acompañado de un negrito farolero -así le decían-, que marchaba adelante para advertir acerca de pozos complicados y rejas peligrosas.
En cuanto al alumbrado público, también utilizaba velas y faroles. Fue en 1777, cuando el el virrey interino Vértiz otorgó la concesión a Juan Antonio Ferrer, el primer empresario de la iluminación. Antes de esa fecha no existía el alumbrado público. De todas maneras, era un sistema muy precario: los faroles se ennegrecían de inmediato, atenuando la iluminación que ofrecía la llama.
Ehn 1823, Santiago Bevans (abuelo de Carlos Pellegrini) fue el primero en promover las lámparas de gas. Fue el 25 de mayo, para los festejos del día patrio. La actual Plaza de Mayo se iluminó como jamás se había visto gracias a los 350 faroles que empleó. Más adelante iba a usarse kerosene y también alcohol.
Per en medio de todos estos sistemas, el dentista Juan Etchepareborda se entusiasmó con un sistema que se usaba en París: la iluminación eléctrica. De regreso a Buenos Aires, en el altillo de su casa instaló una especie de grupo electrógeno (en realidad, un equipo de gas hidrógeno, un arco voltaico y dos electrodos de carbón). La noche del 3 de septiembre de 1853 reunió a un grupo de científicos y les mostró cómo funcionaba. A la noche siguiente, repitió la prueba con otras personas, entre ellos, un periodista del diario La Tribuna que escribió: “Es magnífico el efecto que produce sobre los muros de las casas, sobre los muebles y sobre los mismos rostros”. El dentista pionero soñaba con que cada casa tuviera su propia iluminación eléctrica.
Sin embargo, nadie consideró que este tipo de luz derrotaría al gas.
El próximo intento, siempre con la supervisión de Etchepareborda, fue el 25 de mayo de 1854 en la Plaza de Mayo y en la casa de Felipe Senillosa, quien vivía al lado de la Iglesia de San Domingo (Belgrano y Defensa). Los que tuvieron el privilegio de acercarse al farol de la plaza, se sorprendieron por la facilidad con que podían leer una carta. En cambio, lo que se reunieron en Santo Domingo observaban maravillados hasta que salieron unas chispas, el pánico inundó la escena y se produjo una corrida. Alguien gritó: “Hay demonios en lo de Senillosa”. El susto fue general. La desconfianza de los porteños definió el duelo con la iluminación a gas: se instalaron gasómetros en los barrios para abastecer a los vecinos.
Las dudas que tenían las autoridades de la Capital Federal hicieron que en 1883, La Plata, dispuesta a ser una ciudad moderna, se convirtiera en la primera de América Latina en contar con iluminación eléctrica, como podemos ver en la foto. Además, se aprovechó el tendido eléctrico para electrificar la red de tranvías y abastecer a las casas.
Luego del primer paso dado por la ciudad de La Plata, Buenos Aires, Rosario, Mendoza y todas las grandes ciudades argentinas la imitaron. El sueño del dentista Etchepareborda comenzaba a cumplirse.
Fuente: http://blogs.lanacion.com.ar/historia-argentina/costumbres/luz-electrica-en-1853/
La primera Bomba Atómica. El Gadget. 16 de julio de 1945
Foto: Gobierno de los EE.UU.
Las bombas atómicas que estallaron sobre Hiroshima y Nagasaki se dice que son las primeras armas nucleares. En realidad, las dos bombas no eran la primera no eran más que las primeras armas nucleares desplegadas para matar y destruir. La primera bomba atómica hecha fue el Gadget (fotografía de arriba). Fue terminada y probada semana antes que las otras dos bombas atómicas estallaran sobre Hiroshima y Nagasaki. La prueba, llamada Trinidad, se llevó a cabo en el bombardeo de Alamogordo y Artillería de Campo, conocido hoy como White Sands Missile Range, en Nuevo México. La bomba fue colocada en una torre de vigilancia del servicio forestal de 30 metros (100 pies) de altura. Tres búnkeres se construyeron 9.000 metros (29.000 pies) de distancia de la torre para que se pudo observar la explosión inminente. En las primeras horas del 16 de julio de 1945, el gadget se disparó. La explosión resultante envió ondas de choque a través del desierto, vaporizando la torre y la producción de una gigantesca nube 12.000 metros (40.000 pies) de alto. Se produjo un destello brillante de 10 Soles. El flash fue tan brillante que se vio en todo Nuevo México y partes de Arizona, Texas y México. El calor producido era tan grave que los observadores a 16 kilómetros (10 millas) de distancia lo sentían.
domingo, 17 de abril de 2016
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