Los ahogados, los asfixiados y los heridos por una descarga eléctrica, eran ya antes vueltos á la vida por medio dé la tracción rítmica de la lengua. Pero esto era muy difícil de lograr: se necesitaba sujetar con un paño la lengua del individuo operado y efectuar la tracción durante dos a tres horas, sucediéndose en la operación varias personas.
Los aparatos recientemente inventados por el doctor Laborde, miembro de la Academia de Medicina
de Francia, permiten efectuar la tracción durante todo el tiempo que se necesite. Uno de los experimentos ha resultado definitivo. A un perro, llamado Lázaro, perteneciente al doctor Laborde, se le aplicó una fuerte dosis de cloroformo. El perro dejó de respirar, quedando muerto en la apariencia: un cuarto de hora de tracciones rítmicas de la lengua, por medio del aparato aludido, le volvió la vida al can.
Repitiéndose los experimentos, propinóse al perro tan fuerte cantidad de cloroformo que no
podía caber duda de que el animal estaba completamente asfixiado. Dejósele así durante cinco
minutos; luego se dio principio á las tracciones rítmicas, pero éstas no produjeron resultado y
el animal quedó abandonado por muerto. Pero un criado del laboratorio, cuando se marchó el doctor Laborde volvió á unir á la lengua del perro el aparato. Su alegría fué grande al ver que la lengua empezaba á enrojecerse y tras e dos horas y media de tracciones rítmicas, el animal había resucitado.
Fuente: Caras y Caretas
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