Nació en Mendoza, en 1883. Su niñez transcurrió apaciblemente entre siestas y calurosas tardes mendocinas. Curioso, desde pequeño se destacó en el estudio de las primeras letras. Siendo un adolescente, ingresó al Colegio Nacional.
Allí se formó con los mejores profesores de aquel tiempo, como Julio Leónidas Aguirre, Antonio Gigli, Ventura Gallego, Cicerón Aguirre, Pedro Nolasco Ortiz, entre otros. Todos grandes académicos que infundieron en sus alumnos los ideales del progreso y de libertad.
Cuando finalizó la secundaria, el joven Julio César partió hacia la Capital Federal; en la facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, se recibió de abogado.
Regresó a su provincia natal a principios del siglo XX e inició una destacada participación en la vida pública.
Representante del pueblo
La política fue una de sus pasiones: fue elegido diputado provincial y su actividad como legislador fue descollante.
En 1911, impulsó un proyecto de ley, instituir oficialmente el 12 de octubre como “Día de la Raza”. Después de tanta perseverancia, este idea fue concretada por el presidente Hipólito Yrigoyen en 1916. También fue quien, una año después, presidió la comisión que investigó sobre los fondos de un empréstito de seis millones de pesos oro que se giraron a la provincia para la construcción de diferentes obras públicas.
Hacia finales de 1915 fue designado Director General de Escuelas de nuestra provincia. Por su excelente desempeño, fue reelegido diputado provincial, cargo que cumplió hasta 1918.
Miembro de una sociedad secreta
Librepensador, laico y progresista, Julio César Raffo de la Reta fue miembro de la masonería argentina.
Al regresar a Mendoza, se afilió a la entonces Logia “Luz de Hiram”, de 1919 a 1924. Desde aquella sociedad secreta, trabajó junto a otros personajes de la distinguida sociedad local en diferentes proyectos económicos y culturales. También creó un diario, “La voz de Cuyo”, vocero de esa institución liberal.
Creador de la UNCuyo
Existe documentación que acredita al doctor Julio César Raffo de la Reta como el mentor de la Universidad Nacional de Cuyo. Así lo manifiesta un proyecto nacional de 1922, en donde propone la creación de esta alta casa de estudios con fondos del Estado.
Por distintos motivos políticos e intereses, la concreción de este proyecto tardó más de 17 años y, recién en 1939 de la mano del doctor Edmundo Correas, la Universidad Nacional de Cuyo se hizo realidad.
La voz de los mendocinos
Durante las elecciones nacionales de 1918 fue elegido diputado para representar a Mendoza en el Congreso nacional. Al ocupar esa banca, trabajó para impulsar una serie de actividades.
Su preocupación por la educación se materializó en la ampliación del Colegio Agustín Álvarez. En febrero de 1935, representó al gobierno provincial para traer los restos del general Gerónimo Espejo a la provincia.
Al finalizar su mandato como diputado nacional, fue electo senador provincial. Luego, nombrado Director General de Escuelas, se dedicó a mejorar la instrucción primaria.
Otras de las facetas de este intelectual y político fue la de escritor, periodista e historiador. Dueño de una prosa inteligente, escribió “El general José Miguel Carrera en la República Argentina”, obra que recibió el segundo premio nacional de literatura, en 1937.
Su espíritu ávido de conocimiento dejó su huella en importantes organizaciones sociales, educativas y culturales: tuvo un descollante desempeño en el Rotary Club de la ciudad de Mendoza y en la Junta de Estudios Históricos de la misma ciudad. A nivel nacional participó en la Academia Nacional de Historia y el Instituto Nacional Sanmartiniano. Falleció en nuestra ciudad el 3 de octubre de 1967 a los 84 años.
Fuente: http://losandes.com.ar/article/view?slug=julio-cesar-raffo-de-la-reta-una-mente-inquieta
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