Llegaron las Fiestas y, para muchos, jugar un billete de Navidad renueva
la esperanza de que la diosa fortuna nos haga millonarios.
El juego de la lotería es tan viejo como casi la humanidad y tuvo su
mayor expresión en la antigua Roma, mientras que en Mendoza el juego
oficializado es muy reciente.
Un “timbero” llamado Augusto
La lotería es uno de los juegos más viejos de las sociedades humanas.
Desde la antigua Roma, la lotería favorecía al pueblo con esclavos,
empleos, tierras y navíos.
Durante el imperio de Augusto (27 a. C. al 14 d. C) nació esta idea en
ocasión de las fiestas saturnales, y como una diversión pasajera, en esos
juegos no se ofrecía al pueblo más que cosas sin importancia.
Luego, el emperador Nerón, durante la celebración de las fiestas por la
eternidad del imperio, comenzó a sortear unos mil billetes por día, que tenían
como premios tierras, navíos, empleos y esclavos.
Durante el reinado de Heliogábalo las loterías hicieron furor y las
jugadas se comunicaban por mitades de cosas útiles y las otras de ningún valor.
Así, había premios por seis esclavos y otros por seis moscas; otro por
un finísimo vaso y otros sin ningún valor. Luego el sucesor del “emperador
indecente” fue Alejandro Severo, quien dejó de lado las loterías y puso al
pueblo romano a defenderse contra los godos, que amenazaban el poder de los
Césares.
Pasaron así varios siglos, pero las loterías no fueron olvidadas y
correspondió a los venecianos ponerlas en vigor nuevamente en el siglo XV, pero
esta vez con el propósito de obtener con ellas recursos financieros para otras
necesidades urgentes del Estado.
Los emperadores romanos usaban la lotería para entretener y premiar al
pueblo. Entre los premios había esclavos, tierras y navíos.
La historia oficial
Desde esa época el juego de la lotería se extendió por toda Europa,
entrando en Alemania, Francia y Gran Bretaña. Este último país fue, a fines del
siglo XVIII el que buscó también con la lotería recursos financieros para su
gobierno.
Tal es a grandes rasgos la historia de la lotería hasta llegar a
nuestros tiempos, ya elevada a la categoría de institución en muchos países.
Sin embargo, en Francia, durante la revolución de 1789, Montesquieu manifestó
que la lotería era una invención inmoral y debía desaparecer.
En 1811 se implantó en España y la Corte de Cádiz resolvió que la
lotería debía asegurar al Estado en cada sorteo el 25% de su importe. Durante
el reinado de Fernando VII, la lotería tuvo gran desarrollo, y tiempo después
se creó el sorteo de la jugada de Navidad que se lo conoció por el “Gordo
de Madrid”.
Los nuestros no se quedaron atrás
Luego de los hechos de mayo de 1810, los primeros gobierno patrios
necesitaba sustentarse económicamente y aprovechando que existía en España una
lotería, no tuvieron mejor idea que hacer lo mismo.
En 1812, tiempo antes de la independencia de las Provincias Unidas del
Río de la Plata, se inició la llamada Lotería Nacional, que tenía por objetivo
incrementar las pobres arcas del erario público. Se sorteaba una vez por mes y
los números eran publicados en La Gaceta de Buenos Aires.
La actividad de Lotería Nacional se inició en octubre de 1893 con la ley
2.989 y dos años después se promulgó otra con el número 3.313.
Estas leyes dictadas sobre loterías otorgaban permisos a asociaciones
públicas o privadas, como la Sociedad de Beneficencia, Damas de Caridad, Damas
de Misericordia y Cruz Roja, entre otras.
La primera jugada del sorteo de Navidad se efectuó el 24 de diciembre de
1893, constando de 20 millares, con un premio de $ 400.000.
En Mendoza, también desde tiempos remotos, la lotería tuvo su lugar en
el sentir popular de los mendocinos.
En julio de 1884, diario Los Andes, mencionaba los primeros veinte
premios de la lotería local. Con el primero de ellos fueron agraciados varios
obreros de la fábrica de carruajes de Luis Stoppel, quienes jugaron el billete
en la agencia del señor Suárez, en calle San Luis.
Ya con la reglamentación de la ley nacional 3.313, se realizaron otras
loterías de caridad o para recaudar fondos para hospitales y otras sociedades
de bien público.
En Mendoza, el sorteo pionero no tuvo ganador en el primer y segundo
premio. Sí en el tercero, para un billete que se vendió en San Martín.
El gordito mendocino
En 1958 quedó constituido el Banco de Previsión Social de la Provincia y
entre los objetivos que tenía la ley estaba la creación de la Lotería de
Mendoza.
El primer “gordo de Navidad” mendocino se sorteó el 23 de diciembre de
1959, conjuntamente con la Lotería Nacional en la Ciudad de Buenos Aires.
En aquella ocasión, el primer premio fue el número 42.002 pero en
la lotería local no tuvo agraciados, al igual que el segundo. El primero fue
devuelto desde General Pico (La Pampa) antes del sorteo al Banco de Previsión
Social, lo mismo que el segundo premio.
El tercer premio fue para el número 23.263, con 200 mil pesos
moneda nacional y, esta vez, aquel gordo navideño tuvo a varios ganadores que
compraron su billete en la agencia ubicada en 9 de Julio 45 del departamento de
San Martín.
A pesar de que no tuvo ganadores los primeros dos premios mayores, el
“gordito mendocino” de ese año de esta primera jugada de la lotería local dejó
más rédito del que se esperaba.
Durante los sucesivos sorteos, el Banco de Previsión Social incrementó
sus premios y creció en gran medida el número de apostadores.
Y llegaron los bolilleros propios
Por diez años, los sorteos del “gordo de Navidad” se hicieron con los de
la Lotería Nacional, hasta que en julio de 1970, la Lotería de Mendoza tuvo su
edificio y bolillero propio.
El primer sorteo que se ejecutó en Mendoza fue el 24 de diciembre de ese
año, en la flamante sala de sorteos del Banco de Previsión Social.
Había mucha expectativa por gran parte de los mendocinos. El sorteo se
inició ante la presencia del escribano Antonio Sampieri.
Su premio mayor fue de 2 millones de pesos ley 18.188 y favoreció al
número 31.612. Entre los ganadores se encontraron ocho empleados (correctores)
de Los Andes. Aquel día marcó un hito en la Lotería de Mendoza.
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