viernes, 12 de octubre de 2018

Cositas y costumbres de una Mendoza olvidada. Antonio Tormo “el cantor de las cosas nuestras” (Rubén Lloveras)


Antonio Tormo apodado “el cantor de las cosas nuestras”, nació en Mendoza en un caserío de la bodega Giol, el 18 de setiembre de 1913 y falleció en Buenos Aires, el 15 de noviembre del 2003.
Fue un importante cantante popular de las décadas del ‘40 y ’50. Sus variados ritmos de valses, rancheras, zambas, chacareras y demás, le dieron gran popularidad en la ascendente clase obrera de nuestra nación. 
La misma fue tal que según cuenta la leyenda, en la estación de trenes Retiro, lugar donde llegaban los trenes del interior del país, existió una pizzería con el nombre de “20 y 20”, que vendía la porción de pizza y un vaso de moscato a 20 centavos, los otros 20 centavos eran usados para escuchar en la fonola algún tema de Tormo.
Su importante repertorio tuvo marcados éxitos con canciones tituladas "El Jarillero", "Ay que se va", "Cuando no me quieras", "Los ejes de mi carreta", "Amémonos", "Mis harapos", "Mama vieja", “Las dos puntas”, que lo catapultaron a la fama, naciendo contrataciones en las radios y los importantes clubes de Buenos Aires, llegando su fama a Chile, Uruguay y Colombia.
A pesar de las tremendas ventas en cada composición que superaban el millón de copías, en 1950 la firma RCA Víctor mantenía que la popularidad del cantante había decaído y durante los primeros meses de ese año pospuso por diversos temas la grabación de la canción llamada “El rancho ‘e la cambicha”. En setiembre decidió hacer la inversión para que solo 50.000 copias salieran al mercado. Las mismas se agotaron en los primeros dos días de venta.
“El rancho ‘e la cambicha” se transformó en el título más vendido en la historia de nuestro país, alcanzando las cinco millones de copias entre su salida en 1950 a 1951, momento en que pasó a ser llamado “el cantor de los cabecitas”, apodo despectivo que utilizaban las clases medias y altas de Buenos Aires para designar a los migrantes provenientes de las provincias, que se trasladan masivamente a la capital del país para trabajar en las fábricas.
Cuando finalizaba la década del ’40 Antonio Tormo cantó en la popular pista embaldosada de Coronel Díaz y Olascoaga del Club Huracán Las Heras, audición que fue transmitida en vivo para toda la provincia por radio Aconcagua (hoy Radio Nacional).
Cuando la revolución de 1955 derrocó al general Perón, lamentablemente fue prohibido teniendo que exiliarse a pesar de no ser peronistas, la clase alta no le perdonó su popularidad, miles de discos fueron rotos en las puertas de las disqueras. 
En 1983 con el regreso de la democracia se reivindicaron sus canciones y regresó con todo éxito a su vida artística. 
Sus restos reposan en el popular cementerio de Chacarita.

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