El primer sábado de enero de 1933, comienza a regir en toda la provincia la ley 1002 que establece el “Sábado Inglés obligatorio”. Todos los comerciantes cerrarán los negocios en beneficio de sus empleados, aunque la ley tiene ciertas contemplaciones en algunas tareas de la industria y el comercio que por cuestiones de producción deben mantener su actividad.
Las multas oscilan de 20 a 50 pesos por persona empleada y si el infractor además incluye su trabajo personal, la pena se duplica.
Ese “medio descanso” es recibido con mucho beneplácito por los empleados de comercio, que a partir de ese momento disfrutarán de paseos, recreaciones y quehaceres domésticos.
La Liga Mendocina de Fútbol se beneficia con la ley, y comienza a programar encuentros futbolísticos los días sábados a la tarde. Hecho que tiempo después pasa a la historia con el nombre de “el clásico del sábado”.
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