El 2 de Noviembre de 1840, en Cachi, Salta, nacía un hombre que se transformaría en el último presidente argentino del período conservador, ese día llegaba al mundo Victorino de la Plaza. (EH)

Educado en un templo franciscano trabajó desde muy temprana edad como vendedor y asistente de un escribano. Tuvo una corta y heroica vida militar, siendo condecorado por los gobiernos Argentino y Uruguayo. En 1868 se recibió de Abogado, ayudó a Dalmacio Velez Sarsfiel a redactar el código civil y Sarmiento lo nombró profesor de filosofía del Colegio Nacional de Buenos Aires. Fue abogado de bancos y diplomático, Carlos Pellegrini lo puso a cargo de la primera renegociación de la deuda externa. Fue ministro de relaciones exteriores de los presidentes Julio Argentino Roca y José Figueroa Alcorta, por su excelente labor fue electo para el cargo de Vicepresidente de Roque Sáenz Peña. En ese cargo impulsó junto al intendente Joaquín Samuel de Anchorena la construcción de la primera línea de Subterráneos de Buenos Aires. En Octubre de 1913, Sáenz Peña deja su cargo por cuestiones de salud, por ello, Victorino de la Plaza asume la presidencia de la nación. Su misión no era solo completar el mandato, quería gestionar proyectos propios, creó la Caja Nacional de Ahorro Postal, promovió la ley de accidentes laborales y la ley Cafferata para que los empleados públicos accedan a una vivienda a bajo precio. El estallido de la primera guerra mundial hizo que las potencias europeas retiraran sus reservas en oro depositadas en la caja nacional de conversión argentina provocando la inconvertibilidad del papel moneda. Esta debilidad monetaria sumada al surgimiento de dirigentes radicales hicieron que Victorino decidiera no seguir en la vida política luego de finalizar su presidencia. Una anécdota que lo describe es que durante una visita oficial del presidente brasilero, la casa de gobierno estaba en obra, por lo que el presidente lo recibió en su domicilio particular. Cuando sirvieron la mesa, desconoció las botellas de vino, entonces preguntó a su personal de servicio, "-¿y esas botellas?", le respondieron "- como era un visitante oficial las trajeron de la bodega de la casa rosada", Victorino respondió furioso, "-Señora, sepa que en mi casa el gobierno no paga los vinos, devuélvalas". Victorino murió 3 años después, el 2 de octubre de 1919.