lunes, 9 de noviembre de 2020

El 9 de noviembre de 1965, el noreste de los EEUU y el sudeste de Canadá, fueron víctimas de su propio progreso cuando la tecnología que debería protegerlos, los abandonó, ese día se producía el "Gran Apagón del '65".(EH)

Hacia finales de los años '50 los grandes proveedores de energía de los EEUU y Canadá comenzaron a ser duramente multados cuando se producían interrupciones en el suministro, si bien ya existían redes de interconexión de emergencia estaban circunscriptas a áreas controladas por una misma empresa concesionaria. Así fue que a principio de los años '60 las generadoras y distribuidoras diseñaron una gigantesca red de interconexiones que brindaran ayuda mutuamente ante fallas puntuales ya que era mas barato pagar a otra empresa por la energía consumida que pagar las multas o hacerse cargo de las pérdidas económicas que provocaba un corte de luz. Para lograrlo se echó mano a modernos y costosos sistemas de control y seguridad disponibles, sin embargo uno de los puntos mas críticos del sistema son los "Relé", un básico y barato dispositivo electromagnético de protección que detecta variaciones de baja o alta tensión e interrumpe el flujo de corriente si es necesario. A las 5:16 PM del 9 de noviembre de 1965, en la estación generadora hidroeléctrica Sir Adam Beck en Queenston, Ontario, uno de los tantos relé detectó una variación  de tensión en una línea, pese a ser mínima, este tuvo un fallo tomándola como fuera del rango soportable e interrumpió el suministro hacia el sur de Ontario. En un instante el sistema interconectado intentó compensar esta interrupción canalizando la demanda desde la planta generadora de Robert Moses en Lewiston, Nueva York, esta se sobrecalentó y automáticamente se apagó, esto desbalanceó todo el sistema llevándolo al colapso. Paralelamente el exceso de energía generada en Adam Beck se canalizó hacia las líneas del este sobrecalentándolas y sacándolas de servicio. Estos dos fallos iniciales fueron haciendo que todo la red colapsara por sobrecarga dejando sin energía a mas de 30 millones de personas, a excepción de la planta de Niagara que aún casi aislada del sistema, siguió funcionando. Al ser el primer gran apagón urbano en New York y otros centros urbanos, las personas atrapadas en ascensores, trenes elevados y subterráneos se quedaron esperando que la tecnología los viniera a rescatar, esto nunca ocurrió. Conforme avanzaba la noche, los equipos de rescate se vieron sobrepasados y la mayoría de los afectados pasaron la noche en el lugar que los sorprendió el apagón. Recién 13 horas después comenzaron nuevamente a entrar en funciones las plantas generadoras y la gente salió de sus prisiones tecnológicas. El sistema fue rediseñado y redimensionado, sin embargo cuando creyeron que habían sepultado para siempre el riesgo de un apagón llegó 1977 y les demostró que nuevamente se habían equivocado.


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