Se supone que el Premio Nobel de la Paz es un galardón en reconocimiento a los esfuerzos por mantener o fomentar la paz. Si bajan las pretensiones podría ser un premio por al menos haber evitado una guerra. Si seguimos aflojando las exigencias ya nos viene bien aunque sea uno que no declaró una guerra. Si ya no ponemos ninguna pretensión y cualquier colectivo nos deja bien se lo terminan dando a Henry Kissinger, Mijaíl Gorbachov, Frederik de Klerk, Isaac Rabin, Yasir Arafat, Jimmy Carter y Barak Obama. Pero no nos indignemos tanto que en 1939 hubo alguien al que se le ocurrió otorgárselo a Adolf Hitler. El premio Nobel de la Paz es uno de los 5 galardones otorgados por un conjunto de instituciones académicas suecas en base al deseo de Alfred Nobel. Es un trámite burocrático que requiere postulaciones, estudio de méritos y votaciones. De todo lo actuado queda registro escrito, así que hay que pensar muy bien lo que se propone. Ya en una oportunidad le otorgaron un Nobel a Einstein sin siquiera haber entendido porque. Estaban convencidos que la teoría de la relatividad era revolucionaria pero todavía no la habían digerido. Por ello buscaron una excusa y se la dieron por un aporte menor, el “descubrimiento de la ley del efecto fotoeléctrico”. Lo importante era que estaban seguros que era un genio. Volviendo a 1939 un parlamentario socialdemócrata sueco llamado Erik Brandt se despachó con una sorpresa al postular a Adolf Hitler para el Premio Nobel de la Paz. La excusa era la firma del pacto con Inglaterra, Francia e Italia en que a Alemania se le permitía invadir Checoeslovaquia si dejaba en paz a sus vecinos. Ah, a Checoeslovaquia no la invitaron a la reunión, a ver si encima votaba que no. La excusa era tan traída de los pelos que al momento de la votación a Hitler no lo votó ni el propio Brandt. Consciente de su mamarracho hizo gestiones para que se eliminara su pedido de los registros, pero no hubo caso, los suecos son incorruptibles. Pero además no son giles, para no quedar pegados, mientras que los premios de Medicina, Química, Física y Literatura se entregan en Suecia, el de la Paz lo entregan en Noruega.
Fuente: Pequeñas Piezas de la Historia
No hay comentarios.:
Publicar un comentario