Una antigua foto donde aparece el personal, en una reunión efectuada por el Club Sportivo EL GUIPUR. Ciudad de Mendoza s/f

LA REVOLUCION DEL PRECIO FIJO: Por aquella época, no había precios fijos en los comercios, y se cobraba "según la cara del cliente". Y allí, con la tela sobre el mostrador, comenzaba el regateo: "No, esto vale tanto decía el cliente, y el vendedor retrucaba: "No puedo rebajar más de tanto..." finalmente el más insistidor de los dos obtenía el triunfo.  José Diez (uno de los propietarios) no estuvo de acuerdo con el sistema, y abrió el comercio con una puerta de vidrio que tenía estampado un gran cartel que decía: "Precio fijo". Es decir, cada cosa tenía un valor prefijado por los propietarios, e inamovible en cualquier sentido. Fue así que llegaron dos señoras, y  pidieron ver "aigrettes", que eran unas plumas carisimas e importadas. Luego de verlas, dijeron que deseaban dos, y el vendedor un muchacho que recién comenzaba sus primeras armas se  sentío emocionadísimo con la perspectiva de un negocio tan importante, a tal punto que le temblaban las manos. Eso sí, como llevaban dos  solicitaron un descuento. Corrió hasta donde estaba el dueño, dando por descontado que les harían un descuento. Pero éste me contestó: El precio es fijo. La casa no hace descuentos...." Volvió apesadumbrado y les dijo a las damas que no podía hacer descuento, y se fueron sin comprarlas. Al día siguiente volvieron y las adquirieron. El sistema había comenzado a imponerse

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