viernes, 22 de diciembre de 2023

Fernando Fader (un Mendocino por adopción)tras estudiar en Europa, volvió a Mendoza en 1904 e hizo su primera muestra


Fernando Fader nace en Burdeos-Francia un 11 de abril de 1882. Si bien en todos sus documentos figura como nacido en Buenos Aires y la mayor parte de sus estudios los realiza en Europa, en más de una осаsión manifestó sentirse mendocino. Sus padres el ingeniero alemán Carlos Fader y la condesa francesa Celia de Bonneval- se conocen en El Tigre (Bs. As.) y se casan al poco tiempo. De esa unión nacen seis hijos varones: Carlos, Enrique, Adolfo, Luis, Federico y Fernando. De vuelta en Buenos Aires Carlos Fader es tentado por Victor Emilio Civit, el gran estadista mendocino, para radicarse en nuestra provincia y juntos dedicarse a la exportación de petróleo. Así es como la familia Fader se instala en Mendoza cuando Fernando tenía cuatro años. Carlos Fader se convierte en un importante empresario energético y consolida una importante fortuna. Al ver que la vocación de su hijo no estaba definida le propuso viajar durante un año por Europa. Al cabo de ese lapso, Fernando le manifiesta su intención de cursar dibujo y pintura en Munich, en el Real Instituto de Artes y Ciencias, que por aquellos años era uno de los más renombrados. Allí decide estudiar con el maestro Henrich von Zügel. Pero para ser admitido en el instituto debe rendir exámenes. En el primer intento es rechazado. Luego de tres meses de esforzarse logra ingresar. Los resultados son muy satisfactorios: al cabo de cuatro años culmina sus estudios con excelentes notas y un primer premio consagratorio. En setiembre de 1904, con 22 años de edad, vuelve a Mendoza. Instala su taller en la casa paterna y realiza la primera exposición individual. Al año siguiente funda una academia de pintura. Uno de los más importantes desafios que tuvo Fernando Fader en la provincia fue el que le encargó Emiliano Guiñazú. Y consistía en decorar con pinturas murales su residencia veraniega en Luján de Cuyo. Lo que el joven pintor seguramente nunca soñó es que allí conocería a Adela (hija menor de Guiñazú), su futura esposa. Mucho menos podría ha- ber imaginado que los muros de esa casona se convertirian, años más tarde, en su museo y albergarían gran parte de su obra. Su segunda exposición fue el 12 de octubre de 1905, en la Casa de España en Mendoza. Allí presentó 70 obras. El 27 de noviembre de ese mismo año inaugura otra exposición en Buenos Aires. Recibe grandes halagos por parte de la crítica. Su padre fallece en 1905 y sus hermanos deciden que sea él quien se ocupe de las empresas familiares. La falta de capital y una enorme crecida del río Mendoza que arrasa con las instalaciones inconclusas, hacen que los Fader vayan a convocatoria de acreedores y terminen des- pojados de todos sus bienes  En 1914, luego de su fracaso en la actividad empresaria, se instala en Buenos Aires y decide volver a la pintura luego de casi seis años. Se presenta en el Salón Nacional y obtiene el primer premio. En 1918 sus obras incorporan la figura integrándola maravillosamente al paisaje. Fader adquiere unas tierras en Loza Corral, a ocho kilóme tros del pueblo de Ischilin, en Córdoba. Allí se dedica a construir la que sería su última morada. En esos momentos, sus precios eran los más altos del arte argentino y en tan sólo tres años se habían triplicado. El plástico disfrutaba del otoño, era su estación preferida y en ella obtenía la mayoría de sus logros. Al año siguiente comienza a realizar una serie de desnudos plenos de luz. Desde una base técnica alemana, lograda con obstinación, produce un arte único en su tiempo. La crítica lo consagra como "el primer pintor nacional". E14 de octubre de 1926 se inaugura una exposición de sólo nueve obras, a la que asiste el presidente Marcelo T. de Alvear. Su salud se agravaba día a día y en 1927 decide establecerse en Córdoba. Allí, acompañado por sus dos hijos mayores fallece en su casa de Loza Corral, el 28 de febrero de 1935.






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