El 15 de diciembre de 1973, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA, por sus siglas en inglés) tomó una decisión histórica al eliminar la homosexualidad de su Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-II). Hasta ese momento, la homosexualidad había sido clasificada como una "desviación sexual" o un trastorno mental por la psiquiatría estadounidense. Esta decisión fue el resultado de una combinación de factores: Presión Social y Activismo: Los movimientos de derechos civiles y de liberación gay, que habían crecido significativamente desde los disturbios de Stonewall en 1969, ejercieron presión constante para que se reconsiderara la clasificación de la homosexualidad. Investigación Científica: Estudios e investigaciones comenzaron a mostrar que la homosexualidad no era inherentemente patológica y que los individuos homosexuales no presentaban más problemas de salud mental que los heterosexuales, salvo aquellos relacionados con el estigma y la discriminación social. Debate Interno en la APA: Hubo un debate significativo dentro de la comunidad psiquiátrica, con algunos profesionales argumentando que la clasificación de la homosexualidad como un trastorno era más un reflejo de los prejuicios sociales que de una verdadera patología. La votación dentro de la APA resultó en la eliminación de la homosexualidad del DSM-II, reemplazándola con una categoría nueva y menos peyorativa: "Orientación Sexual Disturbante", para aquellos individuos que sentían angustia debido a su orientación sexual, pero esto también fue criticado y eventualmente eliminado en ediciones posteriores del DSM. Esta decisión fue un hito significativo en el movimiento por los derechos de los homosexuales, marcando un cambio en la percepción cultural y médica de la orientación sexual. Sin embargo, la despatologización de la homosexualidad no se logró de manera universal de inmediato, y en algunos lugares del mundo, la lucha por el reconocimiento de los derechos LGBT+ aún continúa.
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