El Nacional de ese año fue un torneo de formato particular, con una fase de grupos y eliminación directa. Ferro, dirigido por el legendario entrenador Carlos Timoteo Griguol, mostró un juego sólido y equilibrado, destacándose por su disciplina táctica y un plantel cohesionado. Ferro enfrentó a Quilmes en la final, disputada a ida y vuelta. En el partido de ida, en cancha de Quilmes, el resultado fue un empate 0-0. En la vuelta, jugada en el estadio de, Ferrocarril Oeste se impuso por 2-0 con goles de Juan Domingo Rocchia y Miguel Ángel Juárez. Este triunfo selló el título. El equipo contó con figuras como el arquero Carlos Barisio, quien batió un récord de imbatibilidad en el fútbol argentino (1.075 minutos sin recibir goles, hasta 1982), y jugadores como Juan Domingo Rocchia, Gerónimo "Cacho" Saccardi, Héctor Cúper (futuro entrenador de renombre) y Alberto Márcico, entre otros. Bajo la dirección de Griguol, Ferro se caracterizó por un fútbol ordenado, con énfasis en la solidez defensiva, el trabajo colectivo y un mediocampo creativo. Este estilo le permitió superar a rivales más tradicionales. Este título marcó el inicio de una época dorada para Ferro, que volvería a ser campeón en 1984 (Torneo Nacional) y consolidó su lugar entre los equipos competitivos de Argentina en los años 80. El campeonato de 1982 no solo fue el primero en la historia de Ferro en el profesionalismo, sino también un símbolo de la capacidad de un club de barrio, con menos recursos que los gigantes del fútbol argentino, para alcanzar la gloria. La hinchada de Ferro recuerda este título con orgullo, y el trabajo de Griguol es venerado como un pilar en la identidad del club.
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