lunes, 30 de junio de 2025

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, se descubrió una fábrica de aviones nazi bajo tierra en una mina de sal. Los aviones que se fabricaban eran Heinkel HE 162. Hinterbrühl, Austria, (1945)

El Heinkel He 162, también conocido como Volksjäger (“caza del pueblo”), fue uno de los aviones más singulares y desesperados que produjo la Alemania nazi en los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial. Diseñado en 1944 como parte de un programa urgente para contrarrestar la superioridad aérea aliada. Se construyó en tiempo récord: desde el diseño hasta el primer vuelo pasaron apenas unos 90 días. Su estructura era en gran parte de madera, debido a la escasez de metales estratégicos. Motor: un BMW 003 montado sobre el fuselaje, lo que le daba una silueta muy peculiar. Velocidad máxima: alrededor de 840 km/h. Autonomía: muy limitada, de unos 20 a 30 minutos de vuelo. Armamento: dos cañones automáticos MG 151 de 20 mm o MK 108 de 30 mm, según la versión. Fue uno de los primeros aviones operativos con asiento eyectable, una innovación para proteger al piloto en caso de emergencia. Se fabricaron aproximadamente 120 unidades operativas, aunque se planearon muchas más. Entró en servicio en enero de 1945, pero su impacto fue limitado por la falta de pilotos entrenados, combustible y tiempo. Algunas unidades vieron combate en abril de 1945, pero el avión también era peligroso para sus propios pilotos debido a fallos estructurales y su escasa autonomía. Aunque no cambió el curso de la guerra, el He 162 es un ejemplo impresionante de ingeniería bajo presión. Hoy en día, varios ejemplares se conservan en museos, como el Smithsonian en EE. UU


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