viernes, 16 de julio de 2021

En la Terraza del World Trade Center. New York


Gentileza de SergioMZA
(https://www.youtube.com/watch?v=ySHlKANCCAA)
Antes que nada, quería aclarar que este NO ES un video del atentado a las Torres Gemelas el 11 de septiembre del 2001. Es un video de una familia argentina visitando Nueva York,y justo ese día la terraza estaba abierto para el publico. -Muchas veces estaba cerrado por fuertes vientos. Yo, viviendo en NYC por mas de 30 años y haber subido unas 4 o 5 veces al World Trade Center, nunca me toco un día lindo como para que abrieran la terraza del torre sur. Un verano del 99 mi primo Cristian Salvi tuvo la oportunidad de subir y conocerlo, menos mal que llevaba la cámara de video! Verán lo impresionante como se ve todo nueva york y new jersey desde arriba.- Quien podía pensar que dos años mas tarde ya no iban estar mas ahí.-

miércoles, 14 de julio de 2021

Portones del Parque del Oeste, actual Parque General San Martín. (c.1920) Ciudad de Mendoza



Avenida Las Heras. (c.1920) Ciudad de Mendoza



Damas de paseo en Potrerillos. (1950) Provincia de Mendoza



Inauguración del Hospital Schestakow. 2 de febrero de 1924. Ciudad de San Rafael. Provincia de Mendoza

 Gobierno de José Nestor Lencinas. Intendente Jorge Ernesto Artaza Foto Juan Pi.



Remedios Loureiro, esposa de José La Via, posa junto al monumento al ejército de los Andes, emplazado en el Cerro de la Gloria, Mendoza, hacia 1925.

  


Archivo Histórico de San Luis.

Peón de Estancia. Buenos Aires, 1936.



Vista aérea de "El Gasometro", el estadio de San Lorenzo en Av. La Plata. Buenos Aires, 1940.



Fachada del periódico libertario "La Protesta" en la calle Libertad 839. Buenos Aires, noviembre de 1909.

 "El pasado lunes a la madrugada este local fue asaltado por un grupo de ciudadanos que empastelaron la imprenta y destruyeron las máquinas"



El Dr. José Ingenieros dando una clase de psiquiatría. Buenos Aires, 1904.



'Remedio heroico'

Allá por mediados de 1896 la compañía farmacéutica alemana Bayer patenta un milagroso remedio que actuaba como sedante, atenuador de la tos y antidiarreico. Las sociedades médicas del mundo la aplaudieron y la aprobaron como una medicina segura y efectiva, incluso para uso pediátrico. Como Bayer la consideraba una medicina heroica, la bautizaron ‘Heroína’. Desde que el mundo es mundo las civilizaciones de la edad de piedra ya cultivaban la Amapola Real y no porque era linda. En definitiva la producción de opio le lleva como 6 mil años de ventaja a la DEA. Ya en la edad media, en Europa se la consideraba demoníaca, menos en Portugal que la consideraban re polenta. Un tal Paracelso, la disfrazó de medicina y logró que se aprobara su uso. Suizo tenía que ser. A principios del siglo XIX, Friedrich Sertürner obtuvo un derivado del Opio al que llamó ‘Morfina’ en referencia a ‘Morfeo’, el dios griego del sueño. La tenía clarísima para el nombre pero no tanto para sus efectos. La comercializaba como remedio para curar el alcoholismo. Para mediados de siglo XIX ya se sabía de su poder adictivo y le buscaban un reemplazo. En 1878, Charles Wright, por medio de la acetilación del clorhidrato de morfina obtuvo diacetilmorfina. Pero no avanzó y quedó en el olvido. Al parecer el laboratorio Bayer se acordó y encargó a su químico estrella que retomara el trabajo de Wright. Felix Hoffmann logró una morfina acetilada mucho más eficaz y que se creía no creaba adicción. Poco tiempo después, y también tomando un trabajo anterior, logró producir la Aspirina. Para 1913, la propia Bayer descubrió que la Heroína se transformaba en Morfina al ser absorbida por el Hígado y era mucho mas adictiva. Al mismo tiempo que Bayer suspendió su comercialización, en el resto del mundo se comenzaba con la prohibición de las drogas opiáceas. Al finalizar la Primera Guerra Mundial, en el tratado de Versalles, EEUU se aseguró quedarse con su patente, sin embargo nunca volvió a ser comercializada legalmente, salvo a pacientes terminales.

(Pequeñas Piezas de la Historia, por Gabriel Horacio Blasco Dantuono)


Los Altos Limpios desde el aire. Reserva Telteca. Departamento de Lavalle. Mendoza

Teatro Griego Frank Romero Day y el Monumento al Ejercito Libertador en el Parque General San Martín. Mendoza

Postal del Hotel Balneario de Aguas Termales de Cacheuta. (d.1920) Provincia de Mendoza



Río de los Horcones. Puente del Inca. Principios Siglo XX. Provincia de Mendoza



Portones del Parque General San Martín. (c.1920) Ciudad de Mendoza



Puente de 120 metros de luz. Mendoza (1907) Augusto Streich



lunes, 12 de julio de 2021

La Avenida Las Heras y sus más de 135 años de historia. Ciudad de Mendoza

Por Carlos Campana

Denominada así oficialmente en 1882, hasta entonces la popular arteria había tenido distintos nombres, pero siempre fue reflejo del impulso de la Ciudad


Es una de las calles más transitadas y populares de la Ciudad y su nombre está vinculado a uno de los grandes héroes de la independencia de nuestro país. Además, a partir de fines del siglo XIX fue una de las avenidas que, junto a la San Martín, tuvieron un esplendoroso desarrollo comercial. Nos referimos a la avenida Las Heras, uno de los íconos de la metrópolis mendocina.

 Mendoza resurge de las cenizas

Después del trágico terremoto del 20 de marzo de 1861, la reconstrucción de la ciudad se desarrolló bajo la confección de un plano de la ciudad nueva que la ubicaba más al Sudoeste de la anterior. Allí, una calle central llevaba por nombre Avenida de Circunvalación Norte.
El novedoso proyecto urbano consistió en el trazado de cuatro avenidas principales, más precisamente las actuales Godoy Cruz, Las Heras, Sarmiento y Colón. Años después, la avenida Las Heras –inaugurada formalmente en noviembre de 1885- se transformaría en una de las más transitadas de la ciudad de Mendoza. 

 El tranway

En 1885, por la avenida Las Heras circuló la primera línea de tranvías a caballos que fue inaugurada en abril de ese mismo año y recorría el trayecto desde la estación del ferrocarril, pasando por avenida Las Heras, avenida San Martin, Colón y Belgrano, hasta el lugar de partida. Los mendocinos utilizaron este servicio hasta que fue sustituido por el tranvía eléctrico en la primera década del siglo XX. Por resolución municipal, el 13 de octubre de 1882 la arteria fue denominada Avenida Las Heras en honor al guerrero de la Independencia y político de Buenos Aires Juan Gualberto Gregorio de Las Heras. Esta vía de comunicación abarcaba, por aquel entonces, de la actual avenida San Martín hasta Boulogne Sur Mer. A pesar de la denominación oficial dada por el municipio capitalino, los mendocinos la seguían llamando hasta principios de 1900 “la Calle de las Carretas”. Se la nombraba así porque a lo largo de esta calle se estacionaban los carros y carretas que transportaban hasta la ciudad mercaderías que provenían de diferentes puntos del país. Con los años, el tramo de avenida Las Heras que va desde Belgrano hasta Boulogne Sur Mer pasó a denominarse, en 1932, avenida Juan B. Justo. 

 El primer shopping del centro

Al poco tiempo de oficializarla, la avenida Las Heras se transformó en una de las más populares de la Ciudad y, por primera vez en la historia de Mendoza, se instaló un centro comercial, denominado el Mercado Central, cuyo dueño era el empresario Luis Lavoissier, quien lo construyó en un sitio de su propiedad ubicado en avenida General Las Heras esquina Libertad, arteria que en 1911 pasó a llamarse Patricias Mendocinas.
Inaugurada en 1883 por Lavoisier, fue la primera galería comercial y feria de la ciudad, con salida a tres calles: Patricias Mendocinas, Las Heras y General Paz. Surgió como una enorme feria sin techar, con paredes de adobe y pórticos de piedra cuyos comerciantes eran mayoritariamente inmigrantes.  Muy importante para el desarrollo del mercado fue la llegada del ferrocarril, en 1885, lo que marcó un despegue definitivo de toda la zona debido a la presencia de inmigrantes y viajeros que transitaban febrilmente por allí. El 29 de octubre de 1888 se le otorgó la personería jurídica a la Sociedad Anónima Mercados de Mendoza y se construyó la primera galería comercial de la provincia con salida a tres calles, que se denominó Pasaje del Mercado Central. Entre 1922 y 1924 se remodeló el edificio y se comenzó a hacer galpones de adobe, con puestos de estructura de metal y mesadas de mármol. Luego de un incendio ocurrido en 1968, el lugar fue reconstruido, eliminándose las construcciones de adobe y adquiriendo la fisonomía actual.

A través de los años, por sus pasillos caminaron famosos artistas, entre ellos Carlos Gardel –en junio de 1933– y el mexicano Mario Moreno Cantinflas –en setiembre de 1968-, que degustaron los famosos churros del Bar Americano. También se recuerda las visitas de otras figuras como el entonces presidente Arturo Illia, la actriz Olga Zubarry, el folclorista Antonio Tormo y el boxeador campeón del mundo Nicolino Locche, quienes solían degustar las empanadas y pizzas de uno de sus reconocidos puestos. En 1991, al cumplirse 107 años de su fundación, el lugar fue declarado de ‘Interés Turístico’ por el Gobierno de la provincia, por su enorme valor tradicional, patrimonial y cultural para todos los mendocinos. Actualmente, el mercado ofrece productos de la tierra mendocina, como  frutas y hortalizas frescas y secas, vinos, dulces caseros y comidas típicas, y es además un sitio donde la tradición dejó su sello, ya que hay puestos que son atendidos por la cuarta generación de la misma familia. 
También se venden todo tipo de productos de mar, muy frescos, carnes y aves. Posee un Patio de Comidas con una carta de variados platos para todos los gustos, en un ambiente muy típico de la Ciudad de Mendoza. 

 Entre empedrado y palmeras

 A principios del siglo XX, bajo la intendencia de Manuel A. Ceretti, se concretaron los trabajos para empedrar la avenida Las Heras, en el tramo comprendido entre 9 de Julio y Belgrano. De esta manera la importante avenida fue embelleciéndose y a partir de 1907, se la conocía como “la calle de las palmeras”, ya que en la parte central había una especie de bulevar donde se plantaron palmeras, haciéndola muy pintoresca.


Con el correr de los años, la tradicional avenida comenzó a registrar un notable impulso y a partir del 18 de setiembre de 1957, por inquietud de los comerciantes de la zona, quedó fundada la Asociación Amigos de Avenida Las Heras. Los dirigentes de esa entidad tuvieron como primer objetivo mejorar la imagen de la avenida, y una de las tareas iniciales, desde el aspecto urbanístico, consistió en modernizar la iluminación con tubos fluorescentes que, por esos años, eran lo último en tecnología y esta avenida fue la primera en lucirlos.

(Fuente: https://www.ciudadanodiario.com.ar/cultura/la-avenida-las-heras-y-sus-mas-de-135-anos-de-vida)









 




Camino a Cacheuta. Desde el aire. Mendoza. Argentina

Monumento al Ejercito Libertador, en el Cerro de la Gloria. Parque General San Martín( c. 1920) Ciudad de Mendoza



Un rincón del Lago del Parque General San Martín. Ciudad de Mendoza. Principios Siglo XX



Un Rincón del Jardín Zoológico de la Ciudad de Mendoza. (c.1930) Parque General San Martín



Pérgolas del Rosedal del Parque General San Martín. (c.1930) Ciudad de Mendoza



Estación del Tren Trasandino en la localidad de Uspallata. (c.1910) Provincia de Mendoza



Hombre bajo la lluvia, Nueva York, 1952. (Foto de Ruth Orkin)



Jovencitas de los años 1920



Mirando hacia el sur a lo largo de Allenby Road (ahora Allenby Street) en la intersección con King George Street, Tel Aviv, Palestina (ahora Israel), circa 1937



Prendiendo fuegos artificiales, Sicilia, 1950 s. Fotografía de Mario De Biasi.

 

Varinas (vendedoras de pescado) en Lisboa, Portugal, 1970. (Foto de Eduardo Gageiro)



domingo, 11 de julio de 2021

Grupo de niñas asiladas en el establecimiento dependiente de la Sociedad de Beneficencia,1923.


Turistas sobre el puente en el Cabo Corrientes, Mar del Plata, s/f.


Pareja en Santa Mónica, California, alrededor de los 1930


Borrachos/as, 1954. fotografiado por Kurt Hutton.


Hombres levantando sus jarras durante el Oktoberfest en Múnich, 1961. Fotografiado por Stan Wayman.


Remeros en el Lago del Parque General San Martín. Ciudad de Mendoza s/f



Paseo de La Alameda. (c.1920) Ciudad de Mendoza



Hotel Termas de Villavicencio. (d.1950) Provincia de Mendoza



Los revolucionarios almacenes de 1800

 Por Carlos Campana

A fines del siglo XIX la ciudad de Mendoza se vio “invadida” por negocios que ofrecían productos novedosos traídos del exterior


Ocurrió a fines de 1892 en la tranquila, pero floreciente aldea mendocina, cuando de un día para otro, se instaló un nuevo y rentable negocio: el almacén de alimentos. Al principio, los primeros establecidos observaron que una importante franja de la población empezaba a transformar sus hábitos, cambiando los tradicionales alimentos básicos de carnes y verduras –estas últimas cosechadas en las improvisadas huertas en el fondo de las casas- para consumir los nuevos productos envasados en latas, como así también se inclinaban por una nueva bebida alcohólica llamada cerveza u otros aperitivos importados. Esto llamó poderosamente la atención a los comerciantes, quienes de a poco empezaron a ver que obtenían grandes ganancias. Muy pronto se produjo la instalación de nuevos establecimientos y, por ende, una feroz batalla de precios y de novedosos productos tanto del país como importados. La competencia duró algunos años y muy pocos de estos grandes almacenes sobrevivieron a la exigencia del consumidor mendocino. Pero introduzcámonos en aquellos tiempos para saber cuáles eran los gustos y tendencias a la hora de elegir.

Aquella vieja prosperidad

A fines del siglo XIX, la ciudad crecía a pasos agigantados. Con el correr de los años, los comercios iban instalándose con gran celeridad en la arteria principal –hoy avenida San Martín- y calles aledañas, como Lavalle, Buenos Aires, San Juan, Entre Ríos, Unión -actual Paseo Sarmiento o Rivadavia. Las nuevas edificaciones iban dándole a la urbe local un toque diferente, acompañadas de nuevas tecnologías que incluían la llegada de los transportes, como el tranvía a caballo y el ferrocarril, que habían desarrollado una gran transformación para poder potenciar una economía a pleno al poder transportar en cuestión de horas todo tipo de productos en gran cantidad y a menor costo.


La nutrida inmigración que llegaba generalmente de Europa fue uno de los más importantes factores para que la provincia progresara en forma vertiginosa. También lo fue para el comercio, que se incrementó en gran medida y muchos propietarios se beneficiaron amasando grandes fortunas. El consumo que traía la adopción de una política capitalista se había extendido a gran parte de la población, que trabajando podía comprar un poco más que la canasta básica para alimentarse, tener una indumentaria digna y darse algunos gustos. Para muchos, solo "el progreso" podía hacer este milagro. Por aquel tiempo la Argentina vivía momentos de gran prosperidad, y eso se reflejaba en el mundo, ya que se encontraba en la lista de los países más importantes. En aquel momento, en la ciudad de Mendoza abundaban las confiterías, cafés, peluquerías, tabaquerías, mueblerías, ferreterías, tiendas, mercerías, librerías y, por supuesto, no podían faltar los almacenes de comestibles, que eran los más visitados por la población. Estos verdaderos palacios del buen comer exponían su codiciada mercadería en los escaparates de las vidrieras, haciendo que a muchos transeúntes al pasar, se les hiciera agua en la boca y se tentaran para comprar algún producto.

 Productos para todos

Entre la gran lista de almacenes de comestibles instalados, se encontraba tal vez el más grande e imponente de estos negocios, llamado Al Pobre Diablo, ubicado en la esquina de San Juan y Entre Ríos. Su edificio era majestuoso y en sus vitrinas se encontraba una variedad de exquisitas mercaderías que producían la tentación de todo mortal. En sus vidrieras se podían observar todo tipo fiambres y de conservas importadas, contenidas en frascos.


Además de tener exhibidos los alimentos y bebidas, este negocio poseía una especie de cantina, en donde por la tarde muchos distinguidos caballeros se sentaban a beber el apreciado aperitivo hecho a base de hierbas y alcohol llamado Berthe, que era acompañado por una abundante “picadita" compuesta de variados y sabrosos quesos, trozos de jamón crudo y las infaltables aceitunas rellenas producidas en Mendoza.

 Latas de lejanas tierras

En esos tiempos de abundancia, se produjo una invasión de novedosos productos envasados que venían de Europa, en especial de países como Francia, Italia y el Reino Unido, lo que inició un rotundo cambio en el hábito de las comidas. Muchos años atrás, la dieta en las familias mendocinas estaba basada principalmente en carne vacuna, guisados y algunas verduras, pero a finales del siglo XIX, los nuevos métodos para conservar alimentos y la migración que se produjo desde el viejo continente trayendo sus costumbres, cambiaron para siempre el hábito de las comidas.

Dentro de esta nueva dieta se fueron incorporando quesos como el gruyere, el azul –comúnmente llamado roquefort–, el Holanda, el gorgonzola, el cheddar y el parmesano. Otra novedad fue la incorporación de variedades de pescados en conservas, como el bacalao del Reino Unido, anchoas españolas enlatadas, atún francés, andonilettes trufadas y sardinas con tomates, todo enlatado. Ahora sí la variedad de alimentos para los progresistas ciudadanos de Mendoza era más que importante. A esto, había que sumarle la feroz competencia de precios y productos entre los grandes almacenes locales.

 Duelo entre almaceneros

A pesar de que el almacén Al Pobre Diablo era uno de los comercios de mayor venta en la ciudad, otro que tenía el simpático nombre de La Bombilla daba batalla con sus precios económicos y sus variedades de quesos y embutidos. Este negocio estaba ubicado en la calle San Martín 260 y su dueño era el italiano Gerónimo Corvetto. Gran cantidad de público concurría a comprar a lo del “tano", como cariñosamente le decían. Más al Oeste existía otro negocio de almacén, llamado El Positivo, establecido en la calle Unión –actual Sarmiento- y Perú, que ofrecía los mejores productos alimenticios importados, además de licores y vinos. Más hacia el centro de la ciudad, se encontraba otro de los tradicionales almacenes, llamado La Sirena, que con su agresiva publicidad en panfletos y periódicos desprestigiaba a los otros comercios, acusándolos de desleales en su peso y calidad. Este negocio era administrado por los señores Ugalde y Aguinaga. Otro de los que llamaban poderosamente la atención era el almacén denominado La Locomotora, y como su nombre lo indicaba, aplastaba a los demás establecimientos de comestibles con sus precios y novedades. Paradójicamente, se encontraba en donde hoy se ubica un conocido supermercado de origen francés, en la intersección de la avenida Las Heras y la calle Belgrano, de Ciudad. Su dueño era el italiano Miguel Carosella, quien introdujo una gran variedad de comestibles incluyendo aceitunas sicilianas y embutidos del país sardo. Con el correr del tiempo, el apogeo de los almacenes de comestibles en la ciudad de Mendoza, comenzó a declinar cuando empezaron a pasar de moda, y como consecuencia de esta decadencia, muy pocos sobrevivieron pasada la primera década del siglo XX.

Fuente: https://www.ciudadanodiario.com.ar/otro-punto-de-vista/los-revolucionarios-almacenes-de-1800







'La estafa de Hitler'

Adolf Hitler era un hombre muy ocupado, entre invasiones, desfiles, matanzas, mentiras, conspiraciones y planear métodos de exterminio se metió en el diseño de un auto y lo hizo con pasión, como alguna de las anteriores. Desde 1932 un joven genio de la ingeniería automotriz, un tal Ferdinand Porsche, andaba obsesionado en el proyecto de un auto para el pueblo, no un slogan, un auto económico y eficiente. Fabricó un prototipo, el "Porsche Lohner Chasie" pero recorrió sin éxito todas las fábricas de Alemania y Austria, que todavía era un país aparte. Pero en 1934 se cruza con Hitler que andaba con esa idea pero detrás de la de construir tanques y cañones. Hitler le dio una lista de condiciones, un vehículo para 4 personas, motor refrigerado por aire, que no consuma mas de 7 litros cada 100 km y que alcance una velocidad de 100 Km/h. Porsche sonrió, su Lohner Chasie encajaba perfectamente. Se encargaron tres prototipos a empresas distintas, el VW1 a la Reutter, el VW2 a la Drauz y el VW3 a la Daimler Benz, este último sería el elegido. Corría con el caballo del comisario. Cuando Hitler lo vio había algo que no lo convencía, no tenía ventanas traseras. Si se podían agregar algún tipo de ventana en lugar de las rejillas de ventilación Hitler daría el "OK" para comenzar la producción. Con toda la industria bélica alemana ocupando las plantas de la Asociación alemana de fabricantes de coches, había que construir una nueva planta de producción. El único lugar viable era a su vez uno ideal, Wolfburgo. Un río navegable, vías férreas y una central eléctrica propia, una pinturita. La primera tanda de vehículos se llamaría "KDF-Wagen" y se compraría financiando previamente su producción mediante bonos. Cuando se saldaba el auto y se completaba un campo minado de trámites, se lo entregarían. Esto espantó a la clase trabajadora, que se suponía era la destinataria del proyecto. Sin embargo mas de 300.000 aventureros encargaron el suyo. El 22 de Junio de 1938 comenzó la entrega de los ya llamados "Volksauto", pero a cuenta gotas. En 1939 Alemania invadió Polonia y la planta pasó a fabricar artillería. 336.000 personas pagaron su auto pero como no recibieron nada y pensaron, si Hitler no nos pudo entregar un auto, mucho menos un imperio o un futuro. La fábrica se reactivó al finalizar la guerra como parte del plan de reconversión industrial y se confirmó que el proyecto de Porsche era viable. El famoso "Beatle" se fabricó durante 50 años y vendió más de 35 millones de unidades. (Pequeñas Piezas de la Historia, por Gabriel Horacio Blasco Dantuono)

El Embalse Potrerillos desde Arriba. Paisajes de Mendoza Argentina

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