miércoles, 14 de julio de 2021

'Remedio heroico'

Allá por mediados de 1896 la compañía farmacéutica alemana Bayer patenta un milagroso remedio que actuaba como sedante, atenuador de la tos y antidiarreico. Las sociedades médicas del mundo la aplaudieron y la aprobaron como una medicina segura y efectiva, incluso para uso pediátrico. Como Bayer la consideraba una medicina heroica, la bautizaron ‘Heroína’. Desde que el mundo es mundo las civilizaciones de la edad de piedra ya cultivaban la Amapola Real y no porque era linda. En definitiva la producción de opio le lleva como 6 mil años de ventaja a la DEA. Ya en la edad media, en Europa se la consideraba demoníaca, menos en Portugal que la consideraban re polenta. Un tal Paracelso, la disfrazó de medicina y logró que se aprobara su uso. Suizo tenía que ser. A principios del siglo XIX, Friedrich Sertürner obtuvo un derivado del Opio al que llamó ‘Morfina’ en referencia a ‘Morfeo’, el dios griego del sueño. La tenía clarísima para el nombre pero no tanto para sus efectos. La comercializaba como remedio para curar el alcoholismo. Para mediados de siglo XIX ya se sabía de su poder adictivo y le buscaban un reemplazo. En 1878, Charles Wright, por medio de la acetilación del clorhidrato de morfina obtuvo diacetilmorfina. Pero no avanzó y quedó en el olvido. Al parecer el laboratorio Bayer se acordó y encargó a su químico estrella que retomara el trabajo de Wright. Felix Hoffmann logró una morfina acetilada mucho más eficaz y que se creía no creaba adicción. Poco tiempo después, y también tomando un trabajo anterior, logró producir la Aspirina. Para 1913, la propia Bayer descubrió que la Heroína se transformaba en Morfina al ser absorbida por el Hígado y era mucho mas adictiva. Al mismo tiempo que Bayer suspendió su comercialización, en el resto del mundo se comenzaba con la prohibición de las drogas opiáceas. Al finalizar la Primera Guerra Mundial, en el tratado de Versalles, EEUU se aseguró quedarse con su patente, sin embargo nunca volvió a ser comercializada legalmente, salvo a pacientes terminales.

(Pequeñas Piezas de la Historia, por Gabriel Horacio Blasco Dantuono)


No hay comentarios.:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...