Desde principios del siglo XIX el reino de España fue ocupado por las tropas del emperador francés Napoleón Bonaparte, quien depuso al rey español y puso en su lugar a su hermano José.
Fue así como, a la hora de vestir elegante, se puedo de moda una tendencia llamada "imperio". Esta se hizo muy popular en la península ibérica y también en tierras americanas. Los más pudientes la adoptaron casi al instante, sin resistencia y con bastante rigor.
Tiendas de mi ciudad
En aquellos tiempos, las damas mendocinas paseaban por la calle de la Cañada -hoy Ituzaingó- en busca de las mejores tiendas, que allí se encontraban, para elegir los géneros para confeccionar sus vestidos. En esta principal arteria colonial, se instalaron una decena de locales en donde los tenderos ofrecían las más finas telas que eran traídas desde Buenos Aires. A pesar de existir varios negocios de este rubro, en ocasiones, las telas escaseaban porque los pedidos venían en carreta y tardaban unos 45 días o más en reponer los comerciantes estas mercaderías.
Damas de blanco
Durante los hechos de Mayo, los vestidos eran menos ostentosos y más simples que en el régimen español. Además, los colores eran claros. En las damas, el corte típico de los vestidos era llamado corte princesa, y por lo general eran ceñidos desde debajo del busto.
Los colores, al igual que estilo, poseían una gran sobriedad en relación con otras estilos anteriores. Asimismo, había gran variedad de telas que venían importadas.
Debajo del vestido, generalmente en color marfil o blanco, las damas llevaban una enagua por abajo del mismo género. Otros características de la moda imperio era el peinado; generalmente las mujeres se peinaban con un rodete, sostenido con una peineta, dejando caer algunos bucle al costado de ambas mejillas. En cuanto al calzado, los zapatos eran de tela de raso hechos a mano y en algunos casos, llevan un bordado.
En cuanto a los hombres, se vestían con un saco entallado y pantalón ceñido al cuerpo, todo en color negro. Debajo poseía una camisa, más ceñida aún que el saco, de color blanco. Una de sus variantes de gala y muy similar, era el llamado frac, un saco más corto de adelante con dos faldones detrás. Otra era el llamado spencer, también un tipo de frac, con faldones no tan largos pero de características similares.
Entre sus accesorios se encontraba la galera o sombrero de copa alta, indispensable para salir a la calle o en las reuniones. Además el peinado de los caballeros de entonces era más bien corto y ligeramente con rulos, acompañado con largas patillas.
Los militares tenían prendas de vestir muy similares a las de los civiles; contaban con una especie de frac con faldones largos y cuello alto, entre tanto el pantalón, que se usaba ceñido al cuerpo era de color blanco. La tela era, por lo general de paño azul. El sombrero era los llamados bicornio apuntado, de cuero o tela y el calzado, botas altas de color negro.
A diferencia de la clase alta, el hombre de la campaña vestía con una chaqueta corta -que no se excedía de la cintura- con puños y cuello de terciopelo, camisa blanca una pequeña corbata negra y un chaleco con tres botones que en ocasiones exhibía un jabot en el centro.
FUENTE: http://www.losandes.com.ar/article/un-1810-muy-fashion
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