En 1939, la revista Fortune encargó al fotógrafo Ansel Adams que documentara la industria aeroespacial de la ciudad mientras el país apuntalaba su poder aéreo. Capturó más de 200 imágenes para la tarea, muchas de ellas centradas en los rituales del almuerzo de los trabajadores de las fábricas, junto con las escenas callejeras cotidianas que encontró mientras deambulaba por la región en rápido desarrollo.
Adams visitó una bolera, un bosque de torres de perforación de petróleo y un parque de casas rodantes, uno de los muchos que surgieron para satisfacer una feroz demanda entre los trabajadores de viviendas temporales. Pero solo un puñado de imágenes de Adams se publicaron con el artículo de Fortune , que se maravilló de la yuxtaposición del esfuerzo de creación de arsenal en la tierra de naranjos, letreros de neón y estrellas de cine.
No fue sino hasta un par de décadas más tarde que Adams redescubrió sus viejas fotos y las ofreció un tanto mansamente a la Biblioteca Pública de Los Ángeles. "El clima estuvo mal durante un período bastante largo", escribió en una carta. “Ninguna de las imágenes era muy buena”.
La biblioteca discrepó respetuosamente. "Aunque usted dice que no es su mejor trabajo", escribió un bibliotecario en respuesta, "presentan un estudio interesante y útil del área de Los Ángeles a fines de la década de 1930".
(Fotos: Ansel Adams / Biblioteca Pública de Los Ángeles, a través de The California Sun )
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