miércoles, 13 de mayo de 2020

El 13 de Mayo de 1981 en la Plaza San Pedro, en el Estado Vaticano, el ciudadano Turco “Mehmet Ali Ağca” le efectuaba 4 disparos al Papa Juan Pablo II. (EH)



El mafioso turco Bekir Çelenk residente en Bulgaria le encargó el crimen a Zilo Vassilev, un militar Búlgaro residente en Italia, a este le fueron asignados Mehmet Ali Ağca y Oral Çelik, el plan era que Ağca abriera fuego sobre el Papa y Çelik hiciera detonar un pequeño explosivo para generar una gran estampida de gente y aprovechar ello par huir a la embajada Búlgara en Roma. Cuando el móvil que transportaba a Juan Pablo II pasó frente a Ağca, este abrió fuego con una pistola Browning Hi-Power, 4 disparos dieron en el cuerpo del Papa, dos en el abdomen, una en el brazo derecho y otra en la mano izquierda, varios asistentes, entre ellos una monja se arrojaron sobre Ağca y permitieron que el jefe de seguridad Vaticana, Camillo Cibin lo atrapara, Çelik, presa del pánico huyó de la plaza sin detonar la bomba. El Papa perdió mucha sangre por lo que fue operado de urgencia por el Dr. Francesco Crucitti en el Policlínico Universitario Agostino Genielli, pocos meses después ya se encontraba nuevamente en funciones. Mehmet Ali Ağca fue juzgado en Italia, y condenado a cadena perpetua, Juan Pablo II lo visitó en la prisión “Rebibbia”, donde luego de una larga charla, lo perdonó. En Junio de 2000, a pedido del propio Juan Pablo II, fue indultado por el presidente Carlo Azeglio Ciampi y extraditado a Turquía, allí lo esperaban para cumplir condena por un asesinato y un robo a un banco en 1979. En 2006 su abogado pretendía restar de la condena en Turquía los años que estuvo detenido en Italia, la batalla legal duró hasta Enero de 2010 cuando fue liberado. La relación entre Juan Pablo II y Mehmet Ali Ağca fue mas allá del día del atentado, se entrevistaron varias veces en prisión, Juan Pablo II visitó a la familia y entabló una amistosa relación con su madre, en 2005 durante los últimos días de vida del Papa, Ağca, convertido parcialmente al catolicismo, pregonaba rezar por la salud de Juan Pablo II, cuando el Papa finalmente falleció, quien 24 años antes quiso asesinarlo, lloró de tristeza. Desde ese 13 de Mayo los estándares de seguridad Vaticana fueron reformulados y los Papas son protegidos como cualquier jefe de estado, los vidrios blindados y las numerosas comitivas armadas son ya moneda corriente, por lo que las actitudes extra protocolares del nuevo Papa Francisco, gustan al público pero traen grandes dolores de cabeza al servicio secreto Vaticano.

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