martes, 5 de mayo de 2020

El 5 de Mayo de 1821, en la Isla de Santa Elena, encarcelado y desterrado moría “Napoleón Bonaparte”.



Nacido en 1769 en Ajaccio, Córcega, un año después que Francia se la comprara a la república de Génova, su padre era el emisario de Luis XVI en la Isla por lo que pasó una infancia sin necesidades, no era un alumno destacado, salvo en matemáticas, que dominaba ampliamente. A los 10 años su padre lo envió a la escuela militar francesa continental de Brienne-le-Château. En 1784 al egresar con buenas calificaciones fue admitido en la École Royale Militaire de París, donde estudió artillería, a los 16 años egresó como Teniente Segundo. Durante la revolución Francesa apoyó la república con la facción Jacobina y participó en el sitio del castillo real de Tólon, su determinación y valor en batalla le valió el ascenso a General de Brigada, luego de sofocar una insurrección realista, se casó en 1786 con Joséphine de Beauharnais. Hacia fines de 1796 se le encomendó el ejército Francés en Italia, a partir de allí comenzó una brillante carrera militar, aunque algunas estrepitosas derrotas macularon su desempeño. Aplicaba exitosamente las técnicas teóricas y las combinaba con intuición y creatividad, que lo convirtieron en un fantástico estratega. Campañas en Italia, Austria, Egipto y la propia Francia lo elevaron al nivel de supremo militar, por su popularidad era continuamente consultado y escuchado, en 1799 se valió de ello y regresó a Francia donde comandó un golpe contra la devaluada república, redactó la constitución del año VIII que le aseguraba ser el Primer Cónsul. Su facilidad para armar ejércitos numerosos y su afán conquistador, mantuvo alerta a toda Europa, sobre todo a Inglaterra su gran rival hasta su muerte. Bajo su mando se produjeron las mayores campañas militares jamás vistas hasta la época, la caída de España en sus manos provocó la avalancha independentista de América, su megalomanía lo llevó a emprender campañas que costaron la vida a millones de personas. Llegó a tener bajo su mando a toda Europa Occidental y Central durante 10 años hasta su derrota en la batalla de Leipzig en 1813, luego de ello ejerció personalmente el poder en Francia. Finalmente el “Pequeño Cabo” como lo llamaban sus soldados, el 18 de Junio de 1815 fue derrotado en la Batalla de Waterloo en Bélgica y fue desterrado por los Ingleses a la Isla de Santa Elena donde encontró la muerte en 1821. Su ambigüedad no limita su importancia en la historia, modeló el mapa Europeo durante 30 años, y fue el responsable de grandes cambios de las tácticas militares.

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