Esta deliciosa pasta rellena se remonta a su primera mención registrada en el año 1300 por un mercader de Venecia, Francesco di Marco. En el siglo XVI, los raviolis llegaron a Roma, donde se menciona su elaboración por Bartolomeo Scappi, que los sirvió a una reunión de cardenales de la Iglesia Católica. Fue en esta misma época cuando los raviolis empezaron a acompañarse de salsa de tomate. A continuación, continúa su viaje a través de otras menciones y en libros de cocina, cuando el plato se preparaba por primera vez para las clases altas. Con el tiempo, se extendió a los de medios más humildes y se convirtió en un favorito nacional. Aunque los raviolis pueden contener carne, en ciertas fiestas religiosas no se solía comer carne, por lo que muchas recetas de raviolis se preparan con ingredientes vegetarianos, como queso, setas, calabaza o incluso galletas de almendra (amaretto). La mayoría de la gente come los raviolis justo después de hervirlos, como la mayoría de los otros tipos de pasta. Sin embargo, en ciertas regiones de Italia, los raviolis se hierven primero y luego se hornean en una salsa de crema para obtener una textura y un sabor más ricos.
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