El 11 de diciembre de 1918, la ciudad de Buenos Aires inauguró el emblemático Balneario de la Costanera Sur, una apertura histórica hacia las orillas del, entonces, inmaculado Río de la Plata. En retrospectiva, esta iniciativa contrastó con la posterior tendencia urbana de la capital de distanciarse y obstaculizar el acceso al río.

La fotografía adjunta capturó una vista de la infraestructura del balneario. Se observó un tramo del paseo peatonal, destacando una escalinata de hormigón que descendió hacia el agua, flanqueada por una baranda y un puente o mirador en el nivel superior, donde varias personas disfrutaron de la vista. Esta estructura, de un diseño robusto y clásico, evocó el carácter monumental del proyecto. El balneario fue inaugurado durante la gestión comunal del Dr. Joaquín Llambías, en el primer mandato presidencial de Hipólito Yrigoyen. Rápidamente, se transformó en uno de los espacios de esparcimiento predilectos de los habitantes de la ciudad, quienes acudieron masivamente, vestidos con la formalidad de la época —caballeros con cuello y corbata, y damas con sombrillas—, para experimentar las flamantes "expansiones acuáticas". Las obras de construcción habían comenzado en 1916 y se desarrollaron a un ritmo acelerado. En solo los últimos cuatro meses, los obreros trabajaron incansablemente día y noche para culminar a tiempo. Para su construcción: Se rellenó el terreno con 12.000 metros cúbicos de tierra. Se levantó un espigón de 180 metros que remataba en escalinatas de acceso al río. Se construyó la primera sección de la Avenida Costanera Sur, abarcando el tramo entre las avenidas Belgrano y Brasil. La estructura se sustentó sobre una plataforma de hormigón reforzada con viejos rieles de demoliciones. Se instalaron 300 casillas de madera para los bañistas, canchas de tenis y fútbol, y áreas de juegos infantiles. Se realizó un extenso trabajo de paisajismo, con jardines diseñados por el arquitecto Benito Carrasco. Una de las obras más destacadas que halló su primer emplazamiento allí fue la controvertida fuente "Las Nereidas" de Lola Mora (también conocida como "El nacimiento de Venus"), cuya "mórbida desnudez" generó gran debate social, llevándola a ser reubicada posteriormente. En sus primeros años, el balneario mantuvo la costumbre de demarcar límites separados en el agua para hombres y mujeres. El principal atractivo era disfrutar del paseo y del río, ya que el bronceado era socialmente asociado con la clase trabajadora y no era la moda dominante. El acceso era facilitado por varias líneas de tranvía, haciendo del lugar un punto de encuentro para todas las clases sociales. La Costanera se caracterizó también por su vida nocturna, gracias a restaurantes y confiterías como la famosa cervecería "Munich" (diseñada por el arquitecto húngaro Andrés Kalnay e inaugurada en 1927), la confitería "Brisas del Plata" y "La Rambla". Estos establecimientos, junto con el Parque de Diversiones, ofrecieron un vibrante centro social. El día de la inauguración resultó inusualmente caluroso. El público, impaciente ante la demora de la comitiva oficial (compuesta por el intendente Llambías, un edecán presidencial y ministros), irrumpió en el balneario antes del acto formal. Finalmente, a las 18:00, con la llegada de las autoridades, el Himno y 21 disparos de un cañón francés, la gente pudo ingresar legalmente al río. Las autoridades tuvieron que regular el comportamiento público, estableciendo horarios de baño y, en 1925, vendiendo trajes de baño a un costo de $2 m/n, reduciendo el derecho de baño y uso de casillas a solo diez centavos. Este sistema generó importantes ingresos municipales (como los $6.364.000 m/n obtenidos por venta de trajes de baño y derechos en 1926). Sin embargo, a partir de la década del 40, el balneario entró en un proceso de decadencia. Los sucesivos rellenos alejaron el río y, para las décadas del 60 y 70, la contaminación ya impedía el acceso. En 1978, se demolieron todos sus edificios, exceptuando la "Munich". La Costanera se enriqueció con varias esculturas a lo largo del tiempo: "La Ola" de Nicolás Bardas y la estatua de Luis Viale de Eduardo Tabbacchi, que conmemoró la heroica acción de Viale al ceder su salvavidas a una señora embarazada durante el incendio del buque "América" en 1871. "Las Nereidas" de Lola Mora. La estilizada escultura "Homenaje a una hazaña" de José Lorda, en honor a los aviadores españoles del Plus Ultra que cruzaron el Atlántico en 1926 (Ramón Franco, Julio Ruiz de Alda, Juan Manuel Durán y Pablo Rada). El imponente monumento "A España" de Arturo Dresco (inaugurado en 1936), que honró a 29 figuras históricas y simbólicas. El monolito a Vito Dumas, el navegante solitario que circunnavegó el mundo en 1943. El mástil que conmemoró la visita del príncipe Humberto de Saboya en 1924, y la cabeza de Enrique el Navegante. Hoy, el área albergó la Reserva Ecológica. Gracias a la reconstrucción de parte de su ornamentación original y sus tradicionales escalinatas, se logró recuperar el encanto de este espacio entrañable para la memoria porteña. #BalnearioCostanera #HistoriaPorteña #RíoDeLaPlata #mendozantigua