lunes, 8 de diciembre de 2025

💧 Siglo XVIII: El sistema de acequias que dio vida a Mendoza


Hacia fines del siglo XVIII, el sistema hídrico mendocino de acequias y canales había permitido tanto la provisión de agua potable y de riego como el desarrollo de una industria molinera que aprovechaba la fuerza hidráulica disponible (Richard Jorba, 1998). Los primeros molinos se instalaron en los canales principales, impulsados por el caudal suficiente para mover las ruedas hidráulicas, en paralelo a la llegada de los españoles que introdujeron el consumo de pan en su dieta. Las acequias urbanas funcionaban en paralelo: las más altas recogían las aguas del piedemonte y las desviaban hacia zonas agrícolas, evitando que las crecidas destruyeran las acequias destinadas al consumo humano. La Ciudad de Mendoza, hacia mediados del siglo XVIII, con unos 4.000 habitantes (Comadrán Ruiz, 1969), se organizaba alrededor de la Plaza Mayor (hoy Plaza Pedro del Castillo). Dos acequias principales enmarcaban el casco urbano de 49 manzanas: la Acequia de Tabalqué, que abastecía la zona oeste y derivaba aguas pluviales hacia la Chimba, y la Acequia de la Ciudad, que corría paralela al actual Canal Zanjón, irrigando chacras y activando molinos en su recorrido hasta conectarse con la acequia indígena de Guaimaien. Al oeste, casi en contacto con el piedemonte, la Acequia de Allayme —también llamada de los Padres Agustinos por regar tierras de la estancia San Nicolás del Carrascal— nacía en el Dique-Toma de la Carrodilla y regaba chacras y cultivos. Otros cursos como la Acequia de Guevara y la Acequia del Rey o Jarillar mostraban la lógica de protección y riego: inicialmente colectoras aluvionales, luego se transformaron en regadoras, mientras algunas desaparecieron. El Canal Zanjón cumplía un rol similar respecto de la Acequia de la Ciudad. En 1757, un gran aluvión dañó gravemente la infraestructura y obligó a reemplazar el sistema de riego. De allí surgió el Canal Tajamar (1764), que derivaba aguas hacia el norte, activaba molinos y funcionaba como colector aluvional, protegiendo a la Acequia de Tabalqué. Este entramado de acequias consolidó un modelo de gestión hídrica que permitió la supervivencia y el crecimiento de Mendoza en un ambiente árido. El sistema colonial de acequias fue la base de la actual Área Metropolitana de Mendoza, considerado un patrimonio cultural y ambiental único en América Latina. #AcequiasMendoza #HistoriaHídrica #SigloXVIII #CanalTajamar #PatrimonioCultural #GestiónDelAgua #MolinosHidráulicos #MendozaColonial #InfraestructuraHistórica #AguaYPiedemonte #mendozantigua 

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