viernes, 14 de febrero de 2025

Retrato de un grupo frente a la capilla de Colonia Alvear en Mendoza. Ca. 1910. Manuscrito al frente: “Colonia Alvear. Mendoza” Marcado con flecha “Papá”. Autor desconocido.


La persona marcada como “Papá”, se trata de Trygve Foosnaes, ingeniero e inmigrante noruego, hijo de Thomas Foosnaes y Emilie Laugen. Había nacido en 1887, en Beitstad, una aldea en el municipio de Steinkjer en el condado de Trøndelag, Noruega. En 1914 obtiene certificado de trabajo firmado por Gunnar Lange, padre de la reconocida poeta Norah Lange, y por Juan Pedro Christophersen. Transcribo el de G. Lange: “Certificó que el ingeniero señor Trygve Foosnaes ha sido ocupado durante 3 años y medio como ingeniero ayudante de la sección técnica de esta administración en mensuras, trazados de canales y proyectos de casas y obras de arte, habiendo desempeñado su puesto con inteligencia y aplicación. Colonia Alvear, 12 de mayo de 1914. G. Lange”. Colonia Alvear nace junto con la epopeya de colonización del territorio argentino; esa que se hizo en base a la extensión de las vías del ferrocarril y buscando el amparo que ofrecían los ríos, en la vasta pampa seca del oeste. Esa misma, que fue ocupando territorio nativo con familias de inmigrantes que, a Alvear, llegaron desde todos los confines de la tierra otorgándole una cultura cosmopolita muy distinta a la del norte mendocino, que había sido colonizado por los españoles. Antes que eso, esta tierra -ubicada al sur de Mendoza entre los ríos Atuel, Diamante y Salado- no recibió ningún aporte decisivo venido del valle del Río Mendoza, donde está asentada la capital provincial. Ya que desde sus principios y a través del Ferrocarril Oeste, se relacionó con la pampa húmeda, especialmente con Buenos Aires desde donde llegaron las corrientes de inmigrantes. En "Crónicas Departamentales", Sergio Sendra cuenta que las vinculaciones políticas que Diego de Alvear poseía en los círculos de poder de fines del siglo XIX, le permitieron conocer proyectos ferroviarios que buscaban unir el país con Chile atravesando estos campos. Además, para entonces, el actual territorio departamental ya tenía derecho definitivo de riego para 30.000 has. sumado a que las campañas militares habían otorgado seguridad y se podía pensar en su ocupación. En 1887 con la muerte de Diego de Alvear, sus herederos emprenden la tarea de colonizar este territorio. Así, en el primer año del 1900, el ingeniero Carlos de Chapeaurouge, encargado y custodio de la sucesión, realizó la división del campo entre los herederos quienes reactivaron el proyecto y fundaron la Colonia Alvear. Los Cuadernos de Historia del Dr. Calafat, y las Crónicas Departamentales dan cuenta que en su fundación la Colonia comprendió 45.000 has. y fue demarcada, sobre el plano de la Sucesión, como un rectángulo cuyo lado Oeste se asentaba en la margen izquierda del río Atuel. Esta superficie comprende actualmente, la ciudad de General Alvear, el centro urbano del distrito de Bowen, el distrito de Alvear Oeste y todas las tierras cultivadas del Departamento, a excepción de San Pedro del Atuel (Carmensa). La población cabecera de la colonia se ubicó en la zona más cercana al río. Poseía un radio de 16 manzanas de 100 m2, disponiéndose sitios para las oficinas públicas, escuela, iglesia, administración de la Colonia y dos plazas. A unos mil metros del centro de la Villa se ubicaron lotes de mayor superficie destinados a chacras. La inmigración nórdica a Argentina comenzó en el siglo XIX y siguió hasta las tres primeras décadas del siglo XX, llegando a ser la mayor del mundo entre los países de idioma español. Que General Alvear, y en especial la colonia agrícola "La Escandinava", fuera el principal destino de inmigrantes nórdicos en Mendoza y uno de los más importantes de la República Argentina, remite a distintos circunstancias, pero fundamentalmente a la influencia de un conjunto de artífices del desarrollo local. Uno de esos artífices fue don Pedro Christophersen, quien emigró a la Argentina desde Noruega en 1871 y que, entre otras hazañas contribuyó con la expedición de Roald Amundsen al Polo Sur, pionero en operaciones en la Antártida", cuenta Sendra. Christophersen crea una colonia de inmigrantes nórdicos y funda, en Bowen, la "Colonia Agrícola La Escandinava". Así llegan hombres que cambiaron la agricultura y, por ende, la economía de Alvear como como Gunnar Lange que comienza a trabajar los campos; y el ingeniero Ove Bock, que administró la finca "La Montilla" y a quien se le encarga la administración de la colonia "San Pedro del Atuel" (Carmensa), todas propiedad de don Pedro Christophersen. Fuente: sitioandino.com.ar

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