“Luján: la ciudad que nació porque una Virgen no quiso moverse”
La historia de Luján comienza con un hecho que mezcla lo místico con lo fundacional. En 1630, una carreta que transportaba dos imágenes de la Virgen María se detuvo inexplicablemente en Zelaya, Partido de Pilar. Los pobladores interpretaron el suceso como una señal divina: la Virgen quería quedarse allí. Décadas después, en 1671, la imagen fue trasladada a una estancia junto al río Luján, donde se construyó un santuario. A su alrededor, comenzaron a asentarse familias que huían de los ataques indígenas, buscando refugio y protección espiritual. Así nació una aldea que, para 1738, ya estaba sólidamente establecida. En 1755, el Alcalde del Cabildo de Buenos Aires, Juan de Lezica y Torrezuri, solicitó al gobernador José de Andonaegui y al rey Fernando VI (no Fernando VII, como se suele confundir) el título de “Villa” para ese poblado. El pedido fue concedido el 17 de octubre de 1755, y desde entonces se llamó “Villa de Nuestra Señora de Luján”, en homenaje a la imagen que había “elegido” ese lugar. Luján fue la única población de la actual provincia de Buenos Aires que tuvo Cabildo propio, lo que le otorgó autonomía administrativa y prestigio virreinal. Hoy, su basílica es uno de los centros de peregrinación más importantes de América Latina. Luján no nació por decreto, sino por una mezcla de fe popular, migración forzada y resistencia comunitaria. Su origen habla de cómo las creencias pueden moldear territorios y cómo la historia se construye desde lo simbólico y lo cotidiano. #Luján1755 #RaícesConFe #VirgenFundadora #HistoriaQueLate #17OctLuján #mendozantigua

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