Hubo un buen equilibrio entre modernidad y modestia durante las décadas de 1950 y 1960. Las mujeres fueron emancipadas pero mantuvieron su identidad iraní. El look era elegante y elegante sin ser vulgar. Las faldas eran largas y llenas mostrando la menor piel posible. A fines de la década de 1970, las minifaldas, pantalones cortos, jeans ajustados y bikinis se pusieron de moda para las mujeres. Fue un poco demasiado para una nación predominantemente musulmana y tradicional. Las mujeres y niñas jóvenes a menudo hacían alarde de sus cuerpos en público para provocar y provocar a los hombres. Este puede haber sido un comportamiento apropiado para los cristianos libaneses, pero no para nosotros, los iraníes. Como resultado, las mujeres a veces fueron acosadas sexualmente o agredidas en público. Por ejemplo, una joven atractiva con minifalda fue violada en un mercado de verduras a plena luz del día en el centro de Teherán. Sin embargo, la seguridad no era la principal preocupación de las mujeres.
Era muy moderno imitar por completo el aspecto y los modales occidentales sin tener la mentalidad. Los grandes almacenes y boutiques de Teherán llevaban las últimas líneas de moda y maquillaje europeos. Las revistas iraníes a menudo mostraban a mujeres jóvenes con atuendos cachondos y poses sugerentes. Además, las mujeres fueron representadas como objetos sexuales seductores y frívolos en la película. La televisión estatal incluso emitió series europeas sexualmente explícitas como Tales from the village 'Dastanhaye Dehkadeh'. Este problema puede haber contribuido al colapso del régimen a fines de los años 70.