En Mendoza, el departamento agronómico es separado del Colegio Nacional para convertirse en Escuela Nacional de Agricultura. Con el fin de fomentar la implantación y recuperar cultivos perdidos por el oidium, en especial en Junín y San Martín, se encuentra en vigencia una excepción impositiva por diez años a la implantación de viñas. Los paños alcanzan a 1719 cuadras y se venden a otros puntos del país 4510 bordalesas de vinos. Se experimente constantemente en el desarrollo del arbolado público; se trabaja con acacias, moreras, acerdegondos, álamos negros, eucaliptus, olmos, pimientos, pero el carolino es el que pasa a ser el preferido de la población. La ciudad cuenta con 6591 árboles en las calles, a orilla del zanjón se alinean 5350 y en las plazas 3506, lo que ofrecía un total de 15447 ejemplares. La capital de Mendoza disponía de 344 hectáreas de superficie, divididas entre el sector nuevo y el viejo por la calle San Nicolás. El empedrado alcanza a 125 cuadras y se inicia el tendido de cañerías para la provisión de agua corriente a la población. El 13 de Diciembre se emite una ordenanza municipal disponiendo que cada vecino deberá hacerse cargo por sus propios medios de regar dos veces al día el sector de calle que le correspondía al frente de su propiedad. Se penaba con dos pesos fuertes cada infracción y con cinco pesos las reincidencias. La medida es resistida por considerar los vecinos que se trata de una tarea que deberían realizar los presidiarios; algo denigrante para hombres libres. El Gobernados Segura es sancionado con dos pesos fuertes por infractor.
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