sábado, 3 de octubre de 2020

El 3 de octubre de 1935 marcó el comienzo de uno de los episodios más vergonzosos del siglo XX: la invasión de Etiopía por parte de Italia.


Desde que Benito Mussolini llegó al poder en 1922, su ambición era clara: expandir Italia y cumplir la promesa de crear un “Imperio Italiano”. África parecía el escenario ideal, pero la mayoría de sus territorios estaban bajo control británico o francés, así que Mussolini puso su mirada en uno de los pocos países independientes del continente cercano al Mediterráneo: Etiopía. No era la primera tentativa italiana; en 1895 habían intentado invadirlo, pero las fuerzas locales, aunque precarias, lograron rechazar el ataque. Tres décadas más tarde, aprovechando su dominio sobre el norte de África, Italia lanzó su ofensiva: el 3 de octubre de 1935, dos columnas de más de 100.000 soldados cada una avanzaron sobre el corazón etíope. La columna del mariscal Emilio De Bono partió desde Eritrea, mientras que la del general Rodolfo Graziani lo hizo desde Somalia, acompañadas por tropas locales como los askaris eritreos. Las valientes fuerzas etíopes, lideradas por el emperador Haile Selassie (Ras Tafari Makonnen Woldemikael), lucharon palmo a palmo por cada metro de su territorio. Pero los blindados, la artillería pesada y la aviación italiana, superiores en número y tecnología, inclinaron la balanza. Italia no dudó en usar gas mostaza, provocando la condena formal de la Liga de las Naciones, que sin embargo se limitó a mirar hacia otro lado, dejando sola a Etiopía frente a su invasor. El 9 de mayo de 1936 ambas columnas llegaron a Addis Abeba, poniendo fin a la resistencia etíope. El rey italiano Víctor Manuel III fue proclamado emperador de las recién conquistadas provincias de Eritrea, Somalilandia y Abisinia (Etiopía), formando la Provincia Italiana de África Oriental. Como trofeo de guerra, las tropas italianas se llevaron el imponente obelisco de Aksum, de 1.700 años de antigüedad, que fue instalado en la plaza de Porta Capena en Roma. Haile Selassie, con dignidad y coraje, acudió personalmente a la sede de la Liga de las Naciones. En un discurso apasionado, acusó de cobardía a Winston Churchill y lanzó una advertencia profética: “Hoy no hacen nada porque nos sucede a nosotros, pero mañana les sucederá a ustedes”. #Etiopía1935 #Mussolini #HaileSelassie #InvasiónItaliana #HistoriaDeÁfrica #ImperioItaliano #GuerraColonial #LigaDeLasNaciones #ObeliscoDeAksum #ResistenciaÉpica #MemoriaHistórica #Colonialismo #SegundaGuerraMundialPreludio #HistoriaOlvidada #ÉticaYValor #Mendozantigua 

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