Ingeniero electrónico, sindicalista en ENTEL y simpatizante del comunismo, se dejó llevar por la figura del Che Guevara y terminó infiltrado en el corazón tecnológico de EE.UU., entre AMD e Intel, operando para Cuba, la CIA y finalmente contra ambos. A comienzos de los años ’80, ya radicado en Silicon Valley, Gaede comenzó a filtrar información técnica de AMD al régimen de Fidel Castro, sin pedir nada a cambio. Tras varios intentos fallidos, logró establecer contacto a través de la embajada de Checoslovaquia en Washington. Su fidelidad lo llevó a entrevistarse con Castro en 1988, pero la caída de la URSS lo desilusionó. En 1990, sus contactos en Cuba —que resultaron ser dobles agentes— le ofrecieron colaborar con la CIA. Durante un año dominado por la paranoia, Gaede aceptó. En 1992, fue contratado por Intel, donde accedió al desarrollo del procesador Pentium. No robó físicamente nada: filmaba planos, manuales y reuniones desde su casa. Propuso a la CIA seguir enviando datos a Cuba para mantener la fachada, mientras grababa a los agentes tocando documentos confidenciales, acumulando pruebas de su complicidad. Cuando Intel detectó la brecha, lo despidió. Gaede huyó a Argentina, pero fue detenido en Ezeiza mientras enterraba sus archivos. La SIDE alertó a la CIA, que pidió su extradición. En EE.UU., su juicio se convirtió en un caso emblemático: no había robado, sino copiado, y la legislación sobre propiedad intelectual informática aún no existía. Además, expuso el rol de la CIA en el espionaje corporativo, generando un escándalo nacional. Condenado a 33 meses de prisión, fue liberado antes de tiempo y expulsado a Argentina. Su caso inspiró reformas legales en EE.UU. y quedó registrado como el “Caso Gaede”, símbolo de los límites difusos entre ideología, tecnología y poder. #CrazyChe #GuillermoGaede #EspionajeIndustrial #AMDIntel #SiliconValleyHack #CubaCIA #CasoGaede #PentiumSecrets #LanúsEnLaGuerraFría #PropiedadIntelectualDigital #mendozantigua
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