El 11 de Julio de 1979, sobre territorio australiano se precipitaba a tierra el laboratorio espacial norteamericano "Skylab".

Luego del final del programa lunar Apolo, la NASA centró sus esfuerzos en la puesta en órbita de un laboratorio espacial habitable, el ingeniero Raymond Loewy fue el encargado del diseño. La cancelación de las misiones Apolo XVII y Apolo XIX, dejó una gran cantidad de elementos técnicos sin utilizar, entre ellos los poderosos cohetes Saturno IB y Saturno V. La NASA decidió aprovecharlos y el 14 de mayo de 1973 lanzó en misión no tripulada el laboratorio, durante el despegue el Skylab sufrió daños catastróficos, perdiendo escudos y paneles solares. 11 días después despegó el "Apolo Skylab II" con Charles Conrad, Paul Weitz y Joseph Kerwin abordo, estos serían durante un mes los primeros habitantes del laboratorio. Sus tareas originales se debieron modificar, tuvieron que reparar paneles ya que la falta de refrigeración sobrecalentaba todo el laboratorio, luego de 30 agotadores días regresaron a la tierra. Dos hechos modificaron el plan original, los costos de repararlo y mantenerlo operativo se dispararon con el incidente del lanzamiento y la misión conjunta planeada para 1975 entre la URSS y los EEUU bautizada "Apolo-Soyus" permitía soñar con la creación de un laboratorio espacial internacional. Esto hizo que se dejaran de realizar correcciones y arreglos en el Skylab, que poco a poco fue abandonado, la última tripulación dejó el laboratorio el 8 de febrero de 1974. Poco a poco la estación fue perdiendo altura hasta que se hizo irremediable su entrada en la atmósfera, su monumental peso y masa garantizaban que no se desintegraría y su módulo principal llegaría a la tierra. Los EEUU recibieron severas reprimendas por dejar que esto sucediera y no tener un plan que garantizara su caída en el océano, los primeros cálculos estimaron que caería en el mar cerca de las costas de Chile, pero cuando se perdió contacto estaba lejos de esa zona. Finalmente el 11 de Julio de 1979 el cuerpo principal hizo impacto en territorio australiano sin provocar víctimas, como no había legislación sobre objetos caídos desde el espacio, el gobierno de Australia le cobró a los EEUU una multa simbólica de U$S 400.- por arrojar basura en la vía pública, un ridículo final para la primera estación orbital de la historia y tan importante eslabón de la conquista del espacio.