Los antiguos mayas fueron algunos de los primeros en cultivar y utilizar el cacao. Lo consideraban una bebida sagrada y lo preparaban mezclando pasta de cacao con agua y otros ingredientes, como chiles y especias. Esta bebida era amarga y muy diferente al chocolate moderno. ¿Cómo se hace el chocolate prehispánico? La gente sencilla le agregaba atole de maíz para hacerlo nutritivo. Para conseguir esta preciada bebida, se tostaba el fruto y se molía. A la masa pastosa se le añadía agua, se calentaba la mezcla y se retiraba la manteca de cacao, que posteriormente se batía y se mezclaba con harina de maíz para espesarla. En la época de la Revolución de Mayo (1810), el chocolate caliente no era una bebida tradicional popular en Argentina como lo es hoy en día. Si bien el chocolate era consumido, principalmente por las clases altas y aristocracia, y se acompañaba con masas, era una bebida de lujo, no accesible para la mayoría de la población. El chocolate en la época colonial y la Revolución de Mayo su consumo era limitado ya que era una bebida de las clases altas, mientras que las clases populares tenían otras opciones como la mazamorra, el locro o las empanadas. El chocolate se preparaba con cacao en polvo o tabletas de chocolate, leche o agua, azúcar y especias como canela. Se consumía caliente, a veces acompañado con bizcochos o galletas, se asociaba con los festejos patrios y, a partir de la Revolución de Mayo, se convirtió en una bebida típica de las celebraciones del 25 de mayo. Si bien el chocolate caliente no fue la bebida tradicional de la Revolución de Mayo para todos, sí fue una bebida de las clases altas y se convirtió en un símbolo de los festejos patrios. ¿Cuál es una forma divertida de servir chocolate caliente en la actualidad? Ingredientes divertidos para el chocolate caliente. Mini malvaviscos, crema batida, virutas de chocolate y un toque de caramelo son ingredientes esenciales para una barra de chocolate caliente. No olvides la menta triturada, las ramas de canela o una pizca de sal marina para un toque gourmet. Hoy se consume en cafeterías, heladerías y chocolaterías. Pero también el chocolate caliente nos remonta a la infancia, a los cumpleaños, a los festejos patrios en la casa de vuelta de los desfiles, en cuentos y poemas, en novelas, en programas de cocina, en fin, es parte de nuestra idiosincrasia. Les dejo un pequeño cuento para leer en familia con un chocolatito caliente que quema los dientes. En un pequeño pueblo argentino, justo a las puertas del 25 de mayo, había una cafetería acogedora llamada "Chocolatito caliente que quema los dientes". La dueña, Doña Ana, era famosa por su delicioso chocolate caliente. Cada año, en la víspera del 25 de mayo, Ana preparaba su famoso chocolate para celebrar la Revolución de Mayo, un evento que llenaba de orgullo a todos los argentinos. Ese año, sin embargo, era un poco diferente. La joven Valentina, la nieta de Doña Ana, había llegado a pasar el fin de semana y estaba muy entusiasmada por ayudar a su abuela. "¡Vamos a hacer el mejor chocolate caliente del mundo, abuela!", exclamó Valentina con sus ojos brillantes. "Así será, mi amor, mi querida nieta que siempre estás husmeando en mi cocina. Pero primero, tenemos que recordar la historia detrás de este día especial", respondió Doña Ana, mientras comenzaba a reunir los ingredientes. En la cocina, el aroma dulce del chocolate y la leche impregnaban el aire. Los recuerdos de antiguas celebraciones danzaban en la mente de Valentina. Mientras el chocolate se derretía suavemente en la cacerola, Ana comenzó a contarle a Valentina sobre la Revolución de Mayo. "En 1810, los habitantes de Buenos Aires se unieron para luchar por su independencia y construir un futuro mejor", explicó. "Fue un momento de valentía y unión. Queremos honrar ese espíritu en cada taza que servimos", cada taza de chocolate siempre conyará nuestra historia argentina. Valentina escuchaba atentamente, fascinada. "¿Y cómo podemos hacerlo, abuela?" preguntó. "Con amor y fraternidad, unión y valentía", respondió Ana. "Hoy, no solo haremos chocolatito caliente, sino que también lo compartiremos con nuestros vecinos. Así celebraremos la libertad y la comunidad". Y así fue como las dos generaciones comenzaron a preparar las tazas en la mesa extensa que pronto se colmaría de los seres más queridos y los vecinos, los niños y los abuelos, las tías y los primos. Mientras el chocolate burbujeaba lentamente, Doña Ana le enseñó a Valentina a mezclar con cuidado, asegurándose de que cada gota estuviera llena de sabor y dedicación. Al agregar un toque de canela y malvaviscos, la mezcla se tornó aún más especial. Finalmente, llegó la tarde. La casa estaba llena de gente, con banderas ondeando y música sonando. Doña Ana y Valentina, con una gran olla de chocolate caliente, lo empezaron a servir en una mesa decorada con banderas y tazas antiguas. "¡Chocolatito caliente para todos!", gritó Valentina con una sonrisa radiante. A medida que la tarde avanzaba y las risas resonaban entre los árboles, Valentina notó algo mágico: mientras más chocolate servían, más historias empezaban a fluir entre los vecinos. Algunos hablaban sobre sus abuelos y sus historias leídas sobre la Revolución de mayo, otros compartían sus propios sueños y esperanzas para el futuro. El chocolate caliente se convirtió en un símbolo de unidad, uniendo a todos en torno a la historia y la festividad. La noche caía y la casa brillaba con sus luces y alegrías. Doña Ana miró a su alrededor y dijo: "Mira, niña, esto es lo que significa realmente ser parte de algo más grande. Celebrar juntos, recordar nuestras raíces y, sobre todo, compartir". Valentina sonrió, sintiendo un profundo aprecio por aquel momento, sabiendo que su abuela tenía razón. A partir de ese día, cada 25 de mayo, el chocolate caliente no solo sería una tradición, sino un ritual de unión y celebración de su identidad, calentando los corazones, recordando a todos que en cada sorbo había un eco de libertad, amor y comunidad. (Fuente: https://www.memo.com.ar/cultura/chocolate-mayo/)
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domingo, 25 de mayo de 2025
El chocolate caliente de la Revolución. ¿Era el chocolate caliente una bebida tradicional en mayo de 1810? (Marcela Muñoz Pan)
Los antiguos mayas fueron algunos de los primeros en cultivar y utilizar el cacao. Lo consideraban una bebida sagrada y lo preparaban mezclando pasta de cacao con agua y otros ingredientes, como chiles y especias. Esta bebida era amarga y muy diferente al chocolate moderno. ¿Cómo se hace el chocolate prehispánico? La gente sencilla le agregaba atole de maíz para hacerlo nutritivo. Para conseguir esta preciada bebida, se tostaba el fruto y se molía. A la masa pastosa se le añadía agua, se calentaba la mezcla y se retiraba la manteca de cacao, que posteriormente se batía y se mezclaba con harina de maíz para espesarla. En la época de la Revolución de Mayo (1810), el chocolate caliente no era una bebida tradicional popular en Argentina como lo es hoy en día. Si bien el chocolate era consumido, principalmente por las clases altas y aristocracia, y se acompañaba con masas, era una bebida de lujo, no accesible para la mayoría de la población. El chocolate en la época colonial y la Revolución de Mayo su consumo era limitado ya que era una bebida de las clases altas, mientras que las clases populares tenían otras opciones como la mazamorra, el locro o las empanadas. El chocolate se preparaba con cacao en polvo o tabletas de chocolate, leche o agua, azúcar y especias como canela. Se consumía caliente, a veces acompañado con bizcochos o galletas, se asociaba con los festejos patrios y, a partir de la Revolución de Mayo, se convirtió en una bebida típica de las celebraciones del 25 de mayo. Si bien el chocolate caliente no fue la bebida tradicional de la Revolución de Mayo para todos, sí fue una bebida de las clases altas y se convirtió en un símbolo de los festejos patrios. ¿Cuál es una forma divertida de servir chocolate caliente en la actualidad? Ingredientes divertidos para el chocolate caliente. Mini malvaviscos, crema batida, virutas de chocolate y un toque de caramelo son ingredientes esenciales para una barra de chocolate caliente. No olvides la menta triturada, las ramas de canela o una pizca de sal marina para un toque gourmet. Hoy se consume en cafeterías, heladerías y chocolaterías. Pero también el chocolate caliente nos remonta a la infancia, a los cumpleaños, a los festejos patrios en la casa de vuelta de los desfiles, en cuentos y poemas, en novelas, en programas de cocina, en fin, es parte de nuestra idiosincrasia. Les dejo un pequeño cuento para leer en familia con un chocolatito caliente que quema los dientes. En un pequeño pueblo argentino, justo a las puertas del 25 de mayo, había una cafetería acogedora llamada "Chocolatito caliente que quema los dientes". La dueña, Doña Ana, era famosa por su delicioso chocolate caliente. Cada año, en la víspera del 25 de mayo, Ana preparaba su famoso chocolate para celebrar la Revolución de Mayo, un evento que llenaba de orgullo a todos los argentinos. Ese año, sin embargo, era un poco diferente. La joven Valentina, la nieta de Doña Ana, había llegado a pasar el fin de semana y estaba muy entusiasmada por ayudar a su abuela. "¡Vamos a hacer el mejor chocolate caliente del mundo, abuela!", exclamó Valentina con sus ojos brillantes. "Así será, mi amor, mi querida nieta que siempre estás husmeando en mi cocina. Pero primero, tenemos que recordar la historia detrás de este día especial", respondió Doña Ana, mientras comenzaba a reunir los ingredientes. En la cocina, el aroma dulce del chocolate y la leche impregnaban el aire. Los recuerdos de antiguas celebraciones danzaban en la mente de Valentina. Mientras el chocolate se derretía suavemente en la cacerola, Ana comenzó a contarle a Valentina sobre la Revolución de Mayo. "En 1810, los habitantes de Buenos Aires se unieron para luchar por su independencia y construir un futuro mejor", explicó. "Fue un momento de valentía y unión. Queremos honrar ese espíritu en cada taza que servimos", cada taza de chocolate siempre conyará nuestra historia argentina. Valentina escuchaba atentamente, fascinada. "¿Y cómo podemos hacerlo, abuela?" preguntó. "Con amor y fraternidad, unión y valentía", respondió Ana. "Hoy, no solo haremos chocolatito caliente, sino que también lo compartiremos con nuestros vecinos. Así celebraremos la libertad y la comunidad". Y así fue como las dos generaciones comenzaron a preparar las tazas en la mesa extensa que pronto se colmaría de los seres más queridos y los vecinos, los niños y los abuelos, las tías y los primos. Mientras el chocolate burbujeaba lentamente, Doña Ana le enseñó a Valentina a mezclar con cuidado, asegurándose de que cada gota estuviera llena de sabor y dedicación. Al agregar un toque de canela y malvaviscos, la mezcla se tornó aún más especial. Finalmente, llegó la tarde. La casa estaba llena de gente, con banderas ondeando y música sonando. Doña Ana y Valentina, con una gran olla de chocolate caliente, lo empezaron a servir en una mesa decorada con banderas y tazas antiguas. "¡Chocolatito caliente para todos!", gritó Valentina con una sonrisa radiante. A medida que la tarde avanzaba y las risas resonaban entre los árboles, Valentina notó algo mágico: mientras más chocolate servían, más historias empezaban a fluir entre los vecinos. Algunos hablaban sobre sus abuelos y sus historias leídas sobre la Revolución de mayo, otros compartían sus propios sueños y esperanzas para el futuro. El chocolate caliente se convirtió en un símbolo de unidad, uniendo a todos en torno a la historia y la festividad. La noche caía y la casa brillaba con sus luces y alegrías. Doña Ana miró a su alrededor y dijo: "Mira, niña, esto es lo que significa realmente ser parte de algo más grande. Celebrar juntos, recordar nuestras raíces y, sobre todo, compartir". Valentina sonrió, sintiendo un profundo aprecio por aquel momento, sabiendo que su abuela tenía razón. A partir de ese día, cada 25 de mayo, el chocolate caliente no solo sería una tradición, sino un ritual de unión y celebración de su identidad, calentando los corazones, recordando a todos que en cada sorbo había un eco de libertad, amor y comunidad. (Fuente: https://www.memo.com.ar/cultura/chocolate-mayo/)
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