sábado, 16 de agosto de 2025

Cuando El Escudo Reemplazó Al Rey: La Primera Moneda Nacional


Antes que el Estado, fue la moneda. En 1813, la Asamblea General Constituyente dispuso la acuñación de las primeras piezas nacionales, reemplazando el busto de los monarcas por el escudo de la Asamblea: un gesto simbólico que marcaba el inicio de una nueva identidad política. Curiosamente, la población recibió con recelo esta nueva moneda. Muchos dudaban de su permanencia, como si intuyeran que el valor de la moneda estaría, desde entonces, íntimamente ligado a la solidez de las instituciones y a la credibilidad del proyecto político. Las monedas coloniales españolas continuaron circulando hasta 1822, cuando se fundó en Buenos Aires un Banco con autorización para emitir billetes. Sin embargo, varias provincias resistieron esta centralización durante décadas, acuñando sus propias monedas como expresión de autonomía. El 13 de abril de 1813, con las firmas de Pedro Agrelo (Presidente) e Hipólito Vieytes (Secretario), la Asamblea emitió un decreto ordenando acuñar en Potosí —entonces bajo control del Ejército Auxiliar del Perú comandado por Manuel Belgrano— las primeras monedas de oro y plata de las Provincias Unidas. Estas piezas, conocidas como “monedas patrias”, fueron las primeras en circular oficialmente en el Río de la Plata. La Casa de Moneda de Potosí, fundada por los españoles en 1574 y equipada con tecnología de avanzada para la época, fue el escenario de esta acuñación. Hasta entonces, los reales coloniales eran la moneda corriente. A partir de 1813, coexistieron con las nuevas piezas: el “Real” (dividido en décimos), el “Sol” (de igual valor que el Real), el “Peso” (equivalente a 8 reales) y el “Escudo” (16 reales). El busto de Fernando VII y el escudo imperial fueron reemplazados por el escudo nacional y un sol radiante en el reverso. Las monedas se emitieron a nombre de las «Provincias del Río de la Plata» y llevaban la leyenda «En Unión y Libertad». Los diseños fueron enviados desde Buenos Aires y los cuños grabados por el jefe de talla, don Pedro Benavídez. Participaron en la acuñación numerosos empleados de origen americano. Se produjeron monedas de oro de 8, 4, 2 y 1 escudo, y de plata de 8, 4, 2, 1 y medio real. También se acuñaron medallas conmemorativas de las victorias de Tucumán y Salta, junto con premios militares. El rechazo inicial de la población a estas monedas patrias —por temor a que el nuevo orden fuera efímero— se convirtió en un primer indicio de la futura relación entre estabilidad monetaria y legitimidad institucional. El decreto fue convertido en ley el 28 de julio de 1813 por el Poder Ejecutivo de las Provincias Unidas. En él se ordenaba al Supremo Poder Ejecutivo comunicar al superintendente de la Casa de Moneda de Potosí la creación de nuevos cuños, manteniendo el peso y ley de las monedas emitidas bajo Carlos IV y Fernando VII.

🪙 Detalles técnicos del decreto: Moneda de plata: En el anverso, el sello de la Asamblea General (sin el sol superior) y la inscripción “Provincias Unidas del Río de la Plata”. En el reverso, un sol central rodeado por la leyenda “En Unión y Libertad”, junto con los signos de ensayadores, lugar, año y valor. Moneda de oro: Igual diseño, con la adición de trofeos militares bajo la pica: dos banderas por lado, dos cañones cruzados y un tambor. Se ordenó realizar dibujos en pergamino que acompañaran la orden de acuñación. La acuñación se interrumpió ese mismo año, cuando las tropas patriotas fueron derrotadas en Ayohuma el 26 de noviembre de 1813, obligando a Belgrano a evacuar Potosí. La ciudad, dominada por una élite minera realista, volvió a manos españolas. Durante la retirada, Belgrano ordenó volar la Casa de Moneda como castigo a la hostilidad local y para privar al enemigo de una fuente clave de recursos. Barriles de pólvora fueron colocados en la sala de fielatura y las mechas encendidas, pero la intervención de algunos españoles logró desactivar los explosivos. Tras la retirada, los empleados comprometidos con la causa patriota emigraron junto al ejército. En 1814, se proyectó instalar una Casa de Moneda en Buenos Aires, y estos trabajadores llevaron consigo herramientas y cuños. Sin embargo, el plan fracasó. La pérdida definitiva de la Casa de Moneda de Potosí en 1815 obligó a descentralizar la emisión monetaria. En ausencia del poder virreinal, las provincias asumieron el protagonismo.

🏛️ Casas de moneda provinciales: Durante la primera mitad del siglo XIX, tres provincias lideraron la acuñación regional: La Rioja: única en continuar acuñando monedas de oro y plata. Córdoba: especializada en monedas de plata. Buenos Aires: innovó con monedas de cobre emitidas por el nuevo Banco porteño. #MonedasPatrias #HistoriaArgentina #NumismáticaCriolla #1813 #CasaDeMoneda #ProvinciasUnidas #EnUniónYLibertad #Belgrano #MonedaNacional #PatrimonioHistórico #EfeméridesArgentinas #CuraduríaHistórica #ArchivoVisual #SímbolosDeIdentidad #PrimerasMonedas #Mendozantigua

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