Enrique Finochietto: el arte de operar, el genio de innovar. El 10 de octubre de 1919, tras una destacada labor en Europa como jefe de cirugía en el Hospital Argentino de París durante la guerra, regresó a la Argentina para continuar revolucionando la medicina.

El 10 de octubre de 1919, tras una destacada labor en Europa como jefe de cirugía en el Hospital Argentino de París durante la guerra, Enrique Finochietto regresó a la Argentina para continuar revolucionando la medicina. Reconocido internacionalmente por sus aportes quirúrgicos, el gobierno francés lo había distinguido por su brillante desempeño. Nacido en 1881, hijo de inmigrantes italianos, Finochietto convirtió su casa de estudiante en un laboratorio de invención. Modesto y apasionado, dedicó su vida a la medicina y al arte, rodeado de amigos entrañables en lugar de una familia tradicional. En 1914, asumió el servicio de clínica quirúrgica del Hospital Rawson, donde desplegó su genio: diseñó desde los muebles hasta los archivos clínicos, y creó instrumentos que transformaron la cirugía moderna. Entre ellos destacan el aspirador quirúrgico, el frontolux (inspirado en lámparas mineras), el separador intercostal, y el célebre constrictor cierra nudos. Su legado adelantó la cirugía argentina por más de medio siglo. A pesar de una enfermedad que lo acompañó gran parte de su vida, Finochietto dejó una huella indeleble en la medicina. Falleció en 1948, pero su nombre sigue iluminando los quirófanos. #Finochietto1919 #GenioDelBisturí #ArchivoMédico #CirugíaConAlma #Mendozantigua