jueves, 11 de diciembre de 2025

En 1887, mientras se realizaban pruebas para mejorar la distribución de agua potable, las acequias urbanas de Mendoza seguían cumpliendo una doble función: abastecer de agua para consumo y servir como desagüe de aguas servidas provenientes de viviendas, comercios y espacios como el Matadero Municipal.


Esta mezcla generó graves problemas sanitarios, propagando enfermedades como disentería, fiebre tifoidea y cólera, especialmente entre los habitantes del Barrio de las Ruinas, núcleo colonial de la ciudad. Frente a las recurrentes epidemias, los gobiernos nacional y provincial convocaron a médicos higienistas y especialistas en salubridad, quienes recomendaron la ampliación del servicio de agua potable y la construcción de un sistema cloacal urbano. Como parte de estas iniciativas, en 1887, el ingeniero Carlos Nyströmer, enviado por el Estado Nacional, presentó el primer proyecto de desagüe urbano para la zona oeste de la capital mendocina. En 1892, ya como Jefe de la Comisión de Obras de Salubridad, fue convocado nuevamente por el gobierno provincial para colaborar en el mejoramiento del abastecimiento hídrico. Sin embargo, fue el ingeniero César Cipolletti, experto en irrigación, quien finalmente elaboró el proyecto definitivo y el presupuesto aprobado, marcando un hito en la historia del saneamiento urbano de Mendoza. Carlos Nyströmer fue uno de los primeros ingenieros sanitarios en Argentina, formado en Europa. César Cipolletti también diseñó el sistema de riego del Alto Valle de Río Negro, y el Dique Cipolletti lleva su nombre. El modelo mendocino de acequias fue reconocido por la UNESCO en 2019 como Patrimonio Cultural de la Humanidad. #Saneamiento1887 #AcequiasMendoza #Nyströmer #Cipolletti #SaludPública #InfraestructuraHistórica #12Diciembre #PatrimonioUNESCO #mendozantigua 

No hay comentarios.:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...