A las 21:56 del 13 de octubre de 2010, Luis Urzúa, último de los 33 mineros atrapados, emergía desde las profundidades de la mina San José en Copiapó, Chile, tras 69 días de encierro, marcando el cierre de una epopeya que conmovió al mundo. Todo comenzó el 5 de agosto, cuando un derrumbe catastrófico sepultó a los trabajadores a 700 metros de profundidad. La empresa San Esteban Primera S.A. operaba la mina, y las primeras horas estuvieron marcadas por la desesperanza: se creía imposible que hubieran sobrevivido, y aún más improbable que pudieran ser rescatados. El presidente Sebastián Piñera y el ministro Laurence Golborne se pusieron al frente de las tareas. Tras varios intentos fallidos, el 22 de agosto, una perforadora alcanzó una rampa cercana al refugio. Al retirarla, la punta apareció pintada de rojo. Poco después, un papel subido por el conducto decía: “Estamos bien en el refugio los 33.” Comenzó entonces la Operación San Lorenzo, con tres equipos perforando simultáneamente. El “Plan B”, liderado por Igor Proestakis, fue el primero en llegar. Se amplió el conducto a 66 cm para permitir el ascenso en la cápsula Fénix, diseñada como un pequeño cohete por la empresa ASMAR. El rescate comenzó la noche del 12 de octubre. El primero en salir fue Florencio Ávalos a las 00:10 del 13, seguido por Carlos Mamani (el único boliviano), Jimmy Sánchez (el más joven, con 19 años), y Mario Gómez (el mayor, con 62). Cada extracción demoraba unos 40 minutos. Finalmente, Luis Urzúa emergió como el último minero, cerrando una operación que fue celebrada como un milagro de ingeniería, pero sobre todo como un triunfo del espíritu humano. #Fénix2010 #Los33 #MilagroEnLaMina #ChileResiste #SanJoséVive #efemérides #mendozantigua
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