El 3 de noviembre de 1954, fallecía en Niza, Francia, el pintor Henri Matisse, uno de los pilares del arte moderno. Nacido en Le Cateau-Cambrésis el 31 de diciembre de 1869, Matisse transformó la pintura occidental con su audaz uso del color, su búsqueda de la simplicidad expresiva y su espíritu experimental, convirtiéndose en el máximo exponente del fauvismo. A los 18 años, Matisse se trasladó a París para estudiar derecho, pero una apendicitis en 1889 lo confinó a la cama. Su madre le regaló materiales de pintura, y ese gesto cambió su destino: “Fue como entrar en el paraíso”, diría luego. Estudió en la Académie Julian y luego en la École des Beaux-Arts, donde fue alumno de Gustave Moreau. Pasó largas horas copiando obras en el Louvre, buscando su voz artística. En sus inicios, Matisse exploró el impresionismo y el divisionismo, pintando paisajes vibrantes de Córcega y la Costa Azul. En 1904, creó su obra clave: Luxe, Calme et Volupté, inspirada en Paul Signac y la técnica de puntos ópticos. En 1905, sus cuadros Ventana abierta, Collioure y Mujer con sombrero causaron revuelo en el Salón de Otoño, dando origen al fauvismo, un movimiento que celebraba el color puro y la forma libre, lejos del realismo académico. Un viaje a España lo conectó con el arte islámico, incorporando arabescos y patrones decorativos en su obra. En 1917, se instaló en Niza y comenzó a explorar el cubismo, aunque con una sensibilidad propia. Su estilo se volvió más sintético, con formas planas y colores intensos. Su última gran obra fue la decoración de la Capilla del Rosario en Vence, donde diseñó vitrales, murales y ornamentos litúrgicos, integrando arte y espiritualidad. #Scroll1954 #MatisseVivo #ColorYForma #FauvismoPuro #CapillaDeVence #mendozantigua
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