El 3 de Noviembre de 1943, en Lublin, oeste de una Polonia ocupada por el Nazismo se llevaba a cabo la segunda mayor matanza de judíos de la Segunda Guerra Mundial, ese día se llevaba a cabo la macabra "Operación Aktion Erntefest"(EH)

Desde el inicio de la WW2 que se inició justamente con la invasión de Polonia, Hitler creo el "Generalgouvernement", una autoridad satélite de los territorios ocupados, su administrador, el abogado y militar Nazi Hans Michael Frank debía responder administrativa y militarmente a Adolf Hitler y a Heinrich Himmler. Luego de casi 4 años de ocupación, Polonia se había convertido en el país ocupado con mayor cantidad de Guetos, Campos de concentración y Campos de trabajo destinados a prisioneros judíos, la constante llegada de prisioneros desde el oeste hacían necesarias ampliaciones, traslados y reubicaciones, esto era aprovechado por la resistencia judía para perpetrar atentados y sabotajes, esta situación superaba la capacidad operativa de Frank. Luego de las sublevaciones de los campos de Sobibor y Treblinka, y de la resistencia armada en los Guetos de Varsovia, Białystok y Vilna, hicieron que Heinrich Himmler perdiera la paciencia y tomara una decisión drástica y monstruosa, asesinar a todos los judíos de Polonia. Himmler puso a cargo de la organización de la matanza a Friedrich Wilhelm Krüger, quien junto al Jacob Sporrenberg, el jefe de las SS en Polonia organizaron la operación "Aktion Erntefest" (Día de la cosecha). La mayoría de los judíos que quedaban en Polonia estaban concentrados en los campos de trabajos forzados de Trawniki, Poniatowa y Majdanek, por ello hasta allí se trasladaron a otros prisioneros desde los campos menores de Budzyn , Pulawy, Zamosc, Biala Podlaska, Lindenstrasse, Flugplatz y Sportplatz. Cuando todo estuvo listo, la madrugada del 3 de Noviembre de 1943 las SS rodearon los 3 campos, llevaron a los prisioneros judíos a las adyacencias de los mismos y los obligaron a cavar fosas y los iban fusilando dentro de ellas, en solo un día fueron masacrados 43 mil almas. Los pocos sobrevivientes de la masacre fueron trasladados a Auschwitz-Birkenau donde corrieron la misma suerte. Al finalizar la guerra los muy pocos sobrevivientes, prisioneros políticos no judíos ayudaron al ejército soviético a ubicar las fosas y reconstruír la horrorosa historia, de los cabecillas del hecho, Himmler y Krüger se suicidaron en 1945 mientras que Frank y Sporrenberg fueron enjuiciados y ejecutados.