El 3 de Noviembre del 1995, en la sede cordobesa de "Fabricaciones Militares", se produjeron varias explosiones que destruyeron parte de la ciudad provocando 13 muertos, en lo que se conoce como la "Tragedia de Río Tercero".(EH)

A las 9 de la mañana del 3 de Noviembre de 1995, comenzaron una serie de violentas explosiones en la sede de Fabricaciones Militares de Río Tercero que estremecieron y destruyeron parte de la ciudad. Las detonaciones hicieron que gran parte de los proyectiles almacenados en los polvorines se esparcieran por toda la ciudad. Las viviendas cercanas a la fábrica quedaron totalmente destruidas mientras que en el resto de la ciudad se rompieron vidrios y marquesinas. Cuando se comenzaron a recolectar los proyectiles esparcidos por la ciudad siguieron explotando, el saldo fue de 13 muertos y 300 heridos. El presidente Carlo Saúl Menem y su ministro de defensa Oscar Camillión se trasladaron al lugar y atribuyeron el incidente a un "lamentable accidente". Cuando en Croacia se detectaron cañones Argentinos de 155 mm con el escudo y el número de serie limado estalló el escándalo. Pronto se detectaron las operaciones de contrabando por 6.500 toneladas de material bélico procedente de Argentina. Meses después se detectó un contrabando mas grave con destino a Ecuador, siendo que Argentina era garante de la paz con Perú. Los decretos que permitieron las exportaciones tenían como destino original Panamá y Venezuela. Estos decretos fueron firmados por Carlos Menem, Oscar Camillión y Domingo Cavallo, que quedaron imputados por ese delito. Cuando se rastreó el origen de las armas se detectó que las no declaradas provenían de la base de Río Tercero. Esto demostraba que la explosión había sido para ocultar los faltantes del contrabando. La causa involucró a Juan Paulik (jefe de la Fuerza Aérea), Emir Yoma (Asesor presidencial), Diego Palleros y Luis Sarlenga (Interventor de Fabricaciones Militares). Los acusados fueron condenados a penas desde los 3 hasta los 8 años de prisión, aún no se hizo efectiva porque la sentencia no está firme.