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La construcción del Ferrocarril Trasandino comenzó en 1884, y la estación en Mendoza fue parte del proyecto que se completó en 1910. El primer viaje oficial del tren, que unió Mendoza con Los Andes en Chile, partió de esta estación el 5 de abril de 1910, marcando un hito en la integración y comunicación entre ambos países. Esta estación no solo fue un punto de partida para el tren trasandino, sino también un símbolo de la ingeniería y la ambición de conectar las economías de Argentina y Chile a través de la imponente cordillera de los Andes. La obra requirió la construcción de túneles, puentes y viaductos, enfrentando desafíos geográficos y climáticos significativos. El ferrocarril funcionó hasta 1984, ofreciendo servicios de pasajeros y carga. Sin embargo, el servicio de pasajeros se suspendió en 1979 debido a la baja demanda. La línea enfrentó numerosos problemas, incluyendo desastres naturales como aluviones y la competencia de nuevas rutas carreteras y el transporte por carretera, lo que contribuyó a su decadencia. Hoy en día, la Estación Cabecera, ubicada en la intersección de Belgrano y Sargento Cabral, no opera como estación ferroviaria. Gran parte de su infraestructura ha sido abandonada o reutilizada. No obstante, sigue siendo un punto de interés histórico y cultural, reflejando la importancia que tuvo en su tiempo como un nodo de transporte y conexión internacional. Existe un esfuerzo por parte de organizaciones locales y clubes ferroviarios para preservar la memoria de este ferrocarril. Algunos tramos de la vía y estructuras relacionadas a lo largo de la ruta se han convertido en atracciones turísticas o puntos de interés para excursiones y actividades al aire libre. Esta estación, por tanto, no solo representa un capítulo destacado en la historia del transporte en Mendoza y Argentina sino también un testimonio de la ingeniería ferroviaria en condiciones adversas y la ambición de integración regional.
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