Antes de alcanzar el territorio chileno, los libertadores sostuvieron un par de enfrentamientos con los realistas. El 24 de enero, en Picheuta (Mendoza), los valientes de Las Heras vencieron a una avanzada enemiga. Al día siguiente, el mismo grupo atacó con éxito a enemigos que se habían situado en Potrerillos. Los hombres de Las Heras volvieron a entrar en acción el 4 de febrero en Guardia Vieja. Pero, a diferencia de los sucesos anteriores, en esta nueva contienda ya habían atravesado las altas cumbres y se encontraban en territorio chileno.
Guardia Vieja, el primer puesto custodiado en el camino a Chile, fue tomado por asalto. Los patriotas, encabezados por el teniente Román Deheza y el mayor Enrique Martínez atacaron la guardia con 150 fusileros y treinta granaderos. Veinticinco de los cien realistas murieron, mientras que 43 fueron hechos prisioneros. El resto huyó (según la versión patriota) o logró escapar (de acuerdo con el parte de los realistas). Los patriotas no tuvieron bajas.
Enterado del éxito de su avanzada, Las Heras le escribió a fray Luis Beltrán, quien esperaba al borde de la cordillera mendocina para iniciar el trayecto. Esta fue, entonces, la primera comunicación que cruzó los Andes con información bélica. Era un parte militar acompañado de una esquela que decía: “Lea usted, carajo, emborráchese y escriba a [la ciudad de] Mendoza. Mándeme víveres, siquiera 10 o 12 cargas de charqui y alguna harina, que necesito para los prisioneros. Estoy sin mulas porque con el trabajo se caen flacas. Y si hay vino, también quiere. Heras”.
Esta pequeña pero sentida esquela fue leída con emoción patriótica y celebrada en la plaza de la ciudad de Mendoza. No era para menos: los logros del Ejército que comandó San Martin se debieron, en gran medida, al esfuerzo descomunal de los gloriosos pueblos cuyanos.
fUENTE: http://blogs.lanacion.com.ar/historia-argentina/personalidades/las-heras-traigan-vino/
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