lunes, 24 de julio de 2017

⌨️ 1906: La llegada de la máquina de escribir a Argentina, el inicio de una revolución silenciosa


En 1906, Argentina recibió las primeras máquinas de escribir, marcando un hito en la modernización de la administración pública, el comercio y la vida intelectual. Este dispositivo, que ya transformaba oficinas en Europa y Estados Unidos, comenzó a circular en el país a través de importadores privados, especialmente en ciudades como Buenos Aires, Rosario y Córdoba, y pronto se convirtió en símbolo de eficiencia, progreso y alfabetización técnica. Uno de los primeros modelos introducidos fue la Blickensderfer, fabricada en Estados Unidos por George C. Blickensderfer, conocida por su diseño compacto y teclado simplificado. En localidades como 9 de Julio, la firma “Di Siervi y Roca” ofrecía estas máquinas entre 50 y 75 pesos oro, un lujo reservado a comercios, escribanías y oficinas gubernamentales. Su llegada coincidió con el auge de la educación comercial, donde se enseñaba mecanografía como habilidad clave para el empleo administrativo. La máquina de escribir permitió acelerar la producción de documentos, mejorar la legibilidad y profesionalizar tareas que antes se hacían a mano.
Fue adoptada rápidamente por periodistas, escritores, contadores, abogados y funcionarios, y dio origen a un nuevo perfil laboral: el/la mecanógrafo/a, figura clave en oficinas públicas y privadas. Su uso se expandió en paralelo al crecimiento del Estado burocrático argentino, que requería registros, formularios y correspondencia cada vez más abundante. Hoy, las primeras máquinas de escribir son consideradas objetos patrimoniales, exhibidas en museos históricos, bibliotecas y colecciones privadas, como testimonio de una época en que la palabra escrita comenzó a mecanizarse. #Máquina1906 #EscribirConHistoria #OficioYModernidad #PatrimonioTecnológico #MecanografíaCriolla #mendozantigua 



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