En el verano de 1964, Alfred Eisenstaedt visitó a Sophia Loren en su gran villa en Roma que compartió con su esposo de toda la vida, el productor Carlo Ponti. Esto podría verse como el cumplimiento de la promesa que Ponti le hizo a Loren cuando se casaron en 1957, que él le daría "la casa más hermosa del mundo". Y de hecho lo fue. Los magníficos tortolitos compraron la villa romana del siglo XVI en 1954 y comenzaron a renovarla en 1960. Incluye un establo, un acueducto, una cancha de tenis, un huerto y una casa con piscina, mientras que la villa principal tiene un total de 50 habitaciones y decorado con impresionantes paredes con frescos.
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