También tenía la peculiar costumbre de dormir con la cama orientada hacia el norte, convencido de que esto lo alineaba con las corrientes magnéticas de la Tierra, una creencia influenciada por las ideas pseudocientíficas de su época, como el mesmerismo. Estas rarezas reflejan su personalidad obsesiva y su interés por controlar su entorno para optimizar su trabajo y bienestar. Dickens siempre llevaba un peine y se miraba en cualquier superficie reflectante para asegurarse de que su apariencia estuviera impecable. También practicaba expresiones faciales frente al espejo para perfeccionar los gestos de sus personajes, lo que reflejaba su interés por el teatro y la interpretación. Dickens era un caminante compulsivo. Recorría largas distancias, a veces hasta 20 o 30 kilómetros al día, especialmente por Londres, tanto para despejar su mente como para observar detalles de la vida urbana que luego plasmaba en sus novelas. Estas caminatas eran casi un ritual creativo. Escribía en horarios fijos (generalmente por la mañana) y exigía un entorno específico: su escritorio debía estar ordenado de cierta manera, con objetos como un tintero, una pluma y figuritas decorativas colocados en posiciones exactas. Tenía un interés peculiar por morgues y ejecuciones públicas. Visitaba estos lugares para observar y, según él, captar la esencia de la humanidad en sus extremos, lo que influía en las descripciones vívidas y a veces sombrías de sus historias. Publicaba sus novelas por entregas en revistas, lo que lo obligaba a mantener a los lectores enganchados capítulo tras capítulo. Esto también le permitía ajustar tramas según la reacción del público. A pesar de su imagen pública como defensor de la moral, Dickens tuvo una vida personal turbulenta. Se separó de su esposa, Catherine, tras 20 años de matrimonio, y mantuvo una relación secreta con la joven actriz Ellen Ternan.
Bienvenidos al sitio con mayor cantidad de Fotos antiguas de la provincia de Mendoza, Argentina. (mendozantigua@gmail.com) Para las nuevas generaciones, no se olviden que para que Uds. vivan como viven y tengan lo que tienen, primero fue necesario que pase y exista lo que existió... que importante sería que lo comprendan
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martes, 10 de junio de 2025
El escritor Charles Dickens (1812-1870),era conocido por sus excéntricas manías, como reorganizar los muebles en los lugares donde se hospedaba para que se parecieran a su estudio, buscando un entorno familiar que favoreciera su creatividad.
También tenía la peculiar costumbre de dormir con la cama orientada hacia el norte, convencido de que esto lo alineaba con las corrientes magnéticas de la Tierra, una creencia influenciada por las ideas pseudocientíficas de su época, como el mesmerismo. Estas rarezas reflejan su personalidad obsesiva y su interés por controlar su entorno para optimizar su trabajo y bienestar. Dickens siempre llevaba un peine y se miraba en cualquier superficie reflectante para asegurarse de que su apariencia estuviera impecable. También practicaba expresiones faciales frente al espejo para perfeccionar los gestos de sus personajes, lo que reflejaba su interés por el teatro y la interpretación. Dickens era un caminante compulsivo. Recorría largas distancias, a veces hasta 20 o 30 kilómetros al día, especialmente por Londres, tanto para despejar su mente como para observar detalles de la vida urbana que luego plasmaba en sus novelas. Estas caminatas eran casi un ritual creativo. Escribía en horarios fijos (generalmente por la mañana) y exigía un entorno específico: su escritorio debía estar ordenado de cierta manera, con objetos como un tintero, una pluma y figuritas decorativas colocados en posiciones exactas. Tenía un interés peculiar por morgues y ejecuciones públicas. Visitaba estos lugares para observar y, según él, captar la esencia de la humanidad en sus extremos, lo que influía en las descripciones vívidas y a veces sombrías de sus historias. Publicaba sus novelas por entregas en revistas, lo que lo obligaba a mantener a los lectores enganchados capítulo tras capítulo. Esto también le permitía ajustar tramas según la reacción del público. A pesar de su imagen pública como defensor de la moral, Dickens tuvo una vida personal turbulenta. Se separó de su esposa, Catherine, tras 20 años de matrimonio, y mantuvo una relación secreta con la joven actriz Ellen Ternan.
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