martes, 15 de julio de 2025

🏞️ En la década de 1920, los Baños de Cacheuta eran el epicentro del lujo, la salud y el turismo de élite en Mendoza. Ubicados en plena cordillera, junto al río Mendoza, ofrecían una experiencia termal única que combinaba naturaleza, arquitectura y modernidad.


Inaugurado en 1910, el hotel contaba con más de 150 habitaciones, salones de baile, casino, peluquería, farmacia y hasta consultorios médicos. Tenía dos torres con ascensores: uno conectaba la estación del Ferrocarril Trasandino con el lobby, y otro llevaba directamente a los baños termales. El diseño estaba inspirado en el casino de Dieppe, con estilo neoclásico y detalles europeos. Alas Aguas Termales se les atribuían propiedades curativas desde épocas precolombinas, especialmente para afecciones respiratorias y reumáticas. El complejo incluía un pabellón de baños con 50 cabinas y un “emanotorio”, una caverna natural donde emanaban vapores terapéuticos únicos en Sudamérica. La llegada del Ferrocarril Trasandino revolucionó el turismo: los pasajeros llegaban directamente a la estación exclusiva del hotel. Cacheuta se convirtió en un destino de moda para la alta burguesía argentina, incluyendo presidentes, escritores y familias patricias. Los huéspedes debían asistir a los comedores vestidos de saco, incluso si era prestado por el hotel. Nada de trajes de baño ni ropa informal. Las actividades incluían bailes, caminatas por la montaña, tertulias literarias y baños de sol en las terrazas. En enero de 1934, un aluvión provocado por el desborde de una laguna glaciar destruyó gran parte del hotel. Aunque hubo intentos de reconstrucción, el esplendor de los años veinte nunca volvió por completo.

No hay comentarios.:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...