viernes, 22 de agosto de 2025

Las monedas de Córdoba: ensayo, concesión y variantes


Los primeros intentos de acuñación autónoma en Córdoba se remontan a 1815, cuando el gobernador Javier Díaz se apropió de los cuños destinados a las monedas patrias que iban en tránsito hacia Potosí. Ese mismo año se instaló un establecimiento para llevar adelante la tarea, pero sólo se lograron producir unos raros ensayos en plomo (peltre). El proyecto fue abandonado definitivamente en 1818. Desde entonces, y hasta 1833, no se acuñaron monedas en la provincia, lo que agravó notablemente la escasez de numerario circulante. Ante la imposibilidad de establecer una Casa de Moneda propia y decidido a resolver el problema, el gobierno provincial optó por rematar el derecho de acuñación a particulares. Las primeras piezas surgidas de este sistema eran de plata, de tamaño muy reducido, con un valor de ¼ de real, y se conocían popularmente como “cuartillos”. En 1838, Pedro Nolasco Pizarro obtuvo la concesión. Platero de oficio y sargento mayor del batallón “Defensores de la Federación”, Pizarro percibía una comisión por cada moneda acuñada. Sus piezas, marcadas con las iniciales PP o PNP, circularon entre 1839 y 1841. A partir de 1841, el nuevo concesionario fue José Policarpo Patiño, coronel del regimiento “Decididos por la Federación”. Como no tenía experiencia en platería, contrató a varios artesanos locales para llevar adelante la acuñación. Bajo su gestión, se produjo una enorme cantidad de monedas, todas con las iniciales JPP, que hoy representan un verdadero desafío para los coleccionistas por su diversidad y complejidad. Estas monedas eran fabricadas artesanalmente, a golpes de maza. Una vez grabados los cuños de anverso y reverso, se colocaba entre ellos el cospel de plata, y con dos o tres golpes se acuñaba la pieza. Este método generaba frecuentes imperfecciones, siendo común la doble acuñación. El cuño que recibía los impactos solía romperse con facilidad, por lo que era reemplazado constantemente. Sólo en 1843 se han logrado clasificar más de 70 cuños de anverso y 25 de reverso distintos, que se combinaban libremente, generando una gran variedad de versiones. Las monedas acuñadas tenían valores de ¼, ½ y 1 real. Los cuartillos mostraban en el anverso un castillo, y en el reverso un sol sin leyenda. Las piezas de medio real, de labración más sencilla, y las de un real, exhibían el escudo nacional o el castillo de Córdoba. Las leyendas eran muy variables: en la mayoría se inscribía “Córdova” en lugar de “Córdoba”. En ocasiones, por falta de espacio, el grabador optaba por abreviar aún más, estampando “Cordov” o simplemente “Cordo”. Los reversos con sol radiante llevaban generalmente la palabra “Confederada”, aunque en raras piezas se encuentran las frases “En unión y libertad” o “Libre e independiente”. #MonedasHistóricas #CórdobaAntigua #NumismáticaArgentina #Cuartillos #PlateríaFederal #MemoriaVisual #HistoriaMonetaria #EfeméridesArgentinas #CuraduríaDigital #DivulgaciónHistórica #Córdoba1830s #AcuñaciónManual #RompecabezasNumismático #ArchivoPatrimonial #CápsulaVisual #Mendozantigua 

No hay comentarios.:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...