martes, 12 de agosto de 2025

Martina Chapanay, la baqueana rebelde: entre la leyenda sanjuanina y la memoria federal del gauchaje (1799-1887) Imagen Ilustrativa


Mujer mestiza de coraje singular, nacida en tierras sanjuaninas, cuya vida —entretejida de mitos y hechos reales— quedó grabada en la memoria como un recorrido intenso y turbulento. Su existencia, marcada por episodios que rozan el bandolerismo, la llevó a compartir con los hombres de su tiempo las duras jornadas de lucha: primero por la Independencia, luego junto a las montoneras, hasta convertirse en “la chasqui de San Martín”. Fue asaltante de caminos, rebelde con rostro femenino, cuchillera incansable y figura heroica de la historia nacional. Defensora apasionada de la causa federal. Existen registros de su nacimiento y bautismo (9 y 15 de marzo de 1799, respectivamente), aunque no hay certeza sobre la fecha exacta de su fallecimiento, estimado en 1887. Se acepta que nació en la región de las lagunas de Huanacache, hija del huarpe Juan Chapanay y de una mujer blanca cautiva, Mercedes o Teodora González. Desde muy joven, su padre la llevó a Ullum, donde fue entregada al cuidado de una terrateniente local. A cambio de tareas domésticas, debía recibir alojamiento, alimento y educación. Sin embargo, al no cumplirse la promesa de instrucción, Martina decidió cambiar su destino: se casó con un peón de la finca y escapó de aquel entorno. A partir de entonces, su carácter firme la llevó a transitar con intensidad los caminos de la historia argentina del siglo XIX. Hacia 1820, junto a su compañero, se unió a las fuerzas de Facundo Quiroga, caudillo federal de influencia en varias provincias, incluida San Juan. Participó en combates como los de La Rioja (1823), El Tala en Tucumán (1826), El Rincón (1827), La Tablada (1829), Oncativo (1830), Rincón de Rodeo en Mendoza (1830) y Ciudadela (1831), donde perdió a su pareja. Tras esa extensa campaña, intentó regresar a Ullum, pero no halló el refugio esperado. Se instaló entonces en las sierras, que conocía bien como baqueana, y para sobrevivir se unió a una banda de salteadores que atacaban a viajeros adinerados en los polvorientos caminos de la región. Así nació el personaje que la tradición popular ha conservado, aunque muchas veces se ha ignorado su papel como combatiente federal, siempre junto al “gauchaje marginado” de su época. Su incomodidad con la vida de bandolera la llevó a ofrecerse como soldado a Nazario Benavidez, participando en la cruenta batalla de Angaco. Esta decisión la acercó al caudillo riojano Ángel Vicente Peñaloza, otro federal del interior como Benavidez, a quien acompañó en sus campañas contra el centralismo porteño, actuando como escolta, espía y guerrera, siempre con su lanza en mano. Agotada por los conflictos civiles, se retiró a Valle Fértil, donde pudo ejercer con dignidad su oficio de baqueana, rastreadora, domadora de animales salvajes y ciudadana ejemplar. Ya anciana, con solo su caballo y sus aperos como pertenencias, eligió pasar sus últimos días en Mogna, donde finalmente encontró la serenidad para morir en paz. #MartinaChapanay #HeroínaFederal #HistoriaArgentina #MujerBaqueana #MemoriaPopular #CuraduríaDocumental  #GauchajeRebelde #LeyendaViva #ArchivoHistórico #SanJuanProfundo #MujeresQueHicieronHistoria #ChasquiDeSanMartín #Mendozantigua #Chapanay

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