La caída del rey Fernando VII en España, las políticas opresoras del Virrey Bernardo de Velasco, las trabas aduaneras a productos paraguayos impuestas en los puertos de Santa Fe y los ultimatums que llegaban desde los líderes de la revolución de Buenos Aires, hicieron surgir un espíritu nacionalista local en los criollos de Asunción. El 14 de Mayo de 1811, Pedro Juan Caballero hizo sonar las campanas de la catedral, era la señal para que un grupo de jóvenes de no mas de 28 años integrado por Vicente Iturbe, Vicente Yegros, Juan Bautista Rivarola y Mauricio Troche entre otros, tomaron el cuartel general de la guardia militar y se apoderaron de la artillería. Durante la madrugada del 15 de Mayo le entregaron a Velasco que les diera el resto de las armas, los documentos oficiales y el dinero de la gobernación, este se rindió y aceptó los términos aunque no se lo separó del todo de sus funciones. Con el hecho consumado se fue enviando delegados a informar al pueblo de las novedades, si bien se formó un triunvirato de gobierno provisorio, se juró fidelidad al rey Fernando VII, esta maniobra fue común a otros procesos independentistas y era solo para ganar tiempo y evitar una represión inmediata por parte de las fuerzas colonialistas y de su principal aliado, Inglaterra. Velasco mantuvo el poder simbólico, pero los revolucionarios habían iniciado un proceso irreversible que rompería las ataduras con España y sin formar parte de las Provincias Unidas del Río de la Plata, pacíficamente nacía la República del Paraguay.
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