Erwin Rommel, nacido el 15 de noviembre de 1891 en Heidenheim, fue uno de los pocos altos mandos militares alemanes que se opuso al nazismo, repudió el Holocausto y nunca se afilió al partido nazi. Su carrera comenzó con distinciones en la Primera Guerra Mundial, donde recibió la Pour le Mérite por su valentía en combate. Aunque pudo haber sido ingeniero, eligió el ejército por convicción. Durante la Segunda Guerra Mundial, Rommel lideró la 7.ª División Panzer y luego el Afrikakorps, ganándose el apodo de “Zorro del Desierto” por sus tácticas brillantes en el norte de África. Fue condecorado con la Cruz de Caballero con brillantes, una de las más altas distinciones militares alemanas. Pero Rommel no fue un nazi. Se enfrentó a las SS, rechazó órdenes criminales como el Kommandobefehl (que exigía ejecutar prisioneros rendidos), y expresó públicamente su indignación por el genocidio judío, calificando al partido nazi como “una banda de matones callejeros”. Su postura lo convirtió en blanco de sospechas tras el fallido atentado contra Hitler en julio de 1944, liderado por Claus von Stauffenberg. Aunque no se probó su participación directa, el 14 de octubre de 1944, Rommel fue obligado a suicidarse por dos enviados del régimen. Le ofrecieron una “salida honorable” para proteger a su familia. Murió en una carretera cerca de Ulm, y oficialmente se informó que fue por causas médicas. Recibió honores de Estado, pero sin autopsia. Hoy, Rommel es el único militar del Tercer Reich con un museo en Alemania, aunque el más completo está en Egipto. Su figura sigue siendo debatida: admirado por su ética militar, criticado por haber servido al régimen, pero recordado como uno de los pocos que se atrevió a decir “no” desde adentro. #Rommel1944 #ZorroDelDesierto #NoAlNazismo #HistoriaMilitar #CrisisDeConciencia #mendozantigua
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